Sorpresivamente, el ministro del Interior, Wado de Pedro, convocó a los gobernadores de Mendoza, Neuquén, Río Negro, Buenos Aires y La Pampa a una reunión del Consejo de Gobierno del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO) para el próximo 26 de junio, tras revocar la resolución 604 del año 2019, por la cual se había archivado la solicitud de laudo presidencial elevada por La Pampa en relación a la construcción del complejo hidroeléctrico de Portezuelo del Viento.
La noticia generó honda inquietud en nuestra provincia puesto que se trata de la obra de infraestructura más importante de esta parte de la historia mendocina y lo que hasta el jueves parecía un hecho (el inicio efectivo de la obra) ahora ha sido puesto en suspenso.
La decisión del ministro del Interior parece ser el resultado de una ardua y minuciosa lucha por parte del gobierno pampeano en pos de evitar la concreción de la presa puesto que considera que la misma podría afectar sus intereses. Ayer, el presidente Alberto Fernández dijo que no financiará «una obra que critican 4 provincias». Las alarmas se encendieron aún más.
El martes 29 de agosto de 2006, el por entonces presidente Néstor Kirchner visitó San Rafael para suscribir junto al por entonces gobernador Julio Cobos el convenio mediante el cual la Nación se comprometía a financiar Portezuelo del Viento. La obra resultaba –y resulta- sustancial para aportar energía al sistema interconectado nacional y un proyecto de envergadura inaudita. La letra chica del convenio hacía referencia clara a que, a cambio del apoyo nacional, Mendoza desistiría en su insistencia de cobrar la indemnización por los perjuicios que implicaron 30 años promoción industrial para San Juan, San Luis y La Rioja.
Desde aquel martes hasta hoy, los hechos no han ido de la mano con los anuncios. Han pasado casi 14 años y las idas y vueltas se han sucedido a repetición. Cuando todo se encaminaba hacia la realización de la megaobra, con la creación de miles de puestos de trabajo, un gran signo de interrogación aparecer con el nuevo gobierno nacional y la sensación de un nuevo perjuicio para Mendoza comienza a vislumbrarse. Ojalá los hechos desmientan ese presentimiento.