Desde hace un tiempo los bomberos de San Rafael vienen sufriendo por la constante rotura en sus equipos y la falta de material. La falta de equipamiento es suplida por coraje, voluntad y sacrificio de los servidores públicos, pero eso no alcanza.
En el incendio registrado en la noche del lunes en el secadero Dágata, una de las deflagraciones más importantes que se han registrado en los últimos años en nuestro departamento, quedó a las claras que el fuego pudo ser combatido gracias a las agallas y abnegación de los bomberos, quienes tuvieron que recurrir a ayuda externa para llevar a cabo su labor.
Desde que empezó el fuego hasta ser apagado, la comuna aportó – con sus camiones – 21 viajes de agua para mitigar los diferentes focos ígneos que se registraron en el establecimiento. Además, personal de Defensa Civil prestó colaboración a bomberos en el combate activo del fuego hasta entrada la madrugada y, una vez apagado el incendio, mantuvo «guardia de ceniza».
Este es apenas un ejemplo de lo que sucede, más en “temporadas altas” de incendios por la sequía y el viento, época en la que los ilícitos se multiplican, especialmente en la zona de campos.
En estos casos es fundamental la colaboración de los cuerpos de bomberos voluntarios que se formaron en el departamento, quienes prestan un servicio indispensable para evitar el avance del fuego. Los cuarteles de Salto de las Rosas, Villa Atuel, Monte Comán – y recientemente el nuevo de Rama Caída- se convierten en actores fundamentales para dar una mano a los bomberos de la Policía de Mendoza.
Por citar un ejemplo, el único camión escalera que hay en el departamento pertenece a los voluntarios de Salto de las Rosas.
Lo mismo pasa con las autobombas, ya que en reiteradas ocasiones sufren roturas y el cuartel sanrafaelino de bomberos queda desguarecido. Un dato a sumar es que desde hace tiempo se ha solicitado su reparación e incluso a una que hace dos años está sin funcionar en El Nihuil.
En ocasiones se ha hablado de la necesidad de incorporar un segundo cuartel de bomberos en San Rafael e infinidad de ocasiones se plantearon pedidos para mejorar el material de trabajo con el que cuentan los servidores públicos, hasta ahora sin éxito.