Producción al 45%: “Se espera un plan de gobierno para ver si prenden las máquinas y se deja de suspender personal”

La devaluación hizo estragos en los bolsillos de los argentinos. La caída de los salarios redujo el consumo y la economía argentina se estancó. La contracción en el consumo generó un desplome en la capacidad industrial utilizada de las pequeñas y medianas empresas (Pyme). En enero, el índice se hundió al 45%. La cifra se desprende del relevamiento realizado en la Encuesta Radar Pyme de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), donde se observa una caída de 16 puntos con respecto al cuarto trimestre del 2023. «En la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino venimos haciendo esta encuesta trimestral desde hace siete años. Esto nos dan una orientación sobre cómo va el devenir de la economía. El último informe nos arrojó que la capacidad instalada de las industrias se desplomó al 45% en enero, cuando el umbral mínimo de producción se debe posicionar al menos sobre un 70 %. Este promedio es lo que le permite a una pyme ser competitiva», declaró a FM Vos 94.5 Leo Bilanski, presidente de ENAC. «La capacidad industrial utilizada por el sector pyme culminó el gobierno de Alberto Fernández en 61,5%, un número razonable. En enero, apenas un mes después de la asunción de Javier Milei, el índice se hundió al 45%. Las fábricas están esperando un plan de gobierno para ver si se prenden nuevamente las máquinas y se deja de suspender personal», añadió. En ese mismo sentido, advirtió que el aumento de los costos y de los servicios pone en jaque al sector. «La devaluación disparó el precio de los insumos y ahora en los próximos meses vamos a sentir el impacto del aumento de la luz y el gas. Hay una merma generalizada de la producción, pero los sectores de la industria de la construcción acusan una caída que va desde el 50 al 80 % de la actividad. El sector automotriz tiene serios problemas de venta y producción. Un bien industrial no se produce de un día para el otro. Las empresas necesitan planificar un esquema productivo», argumentó Bilanski. A su vez, aseguró que la falta de insumos importados continúa aquejando a muchas industrias. Aunque este gobierno impulsó algunas medidas para corregir las importaciones, el proceso no está normalizado. Va a llevar varios meses más poder resolverlo del todo. Hay que estar atentos. Si las fábricas no arrancan durante el primer trimestre del año va a sobrar personal. Hay que evitar esto para que no haya despidos» alertó. Por otra parte, comentó cómo influyó la devaluación en torno la remarcación de los precios de los productos. «Hubo un exceso de remarcación de los precios en todos los sectores. Cuando el Estado devalúa drásticamente todo el conjunto de precios se mueve, pero de una manera disparar. El que está abajo de la cadena de valor conocerá los costos cuando le llega la lista de precios. Muchas veces, por una cuestión lógica de error se remarca de más o de menos. El acomodamiento de los precios tarda unos meses», explicó el presidente de ENAC. Más adelante, dijo cuáles son las expectativas del sector pyme para los próximos meses. «Los salarios no crecieron igual que la inflación. Quedaron muy detrás. La gente no seguirá convalidando los aumentos. Los empresarios van a tener que retrotraer algunos valores. Muchas industrias hoy no tienen un precio de referencia exacto. La devaluación fue brutal. Es necesario que el gobierno señale un sendero. Si los salarios no se actualizan vamos a tener una caída muy grande en las ventas. Si la población no tiene dinero van a bajar los precios, pero como estrategia defensiva para sobrevivir. La verdad que parece que se plantea la falsa competencia del ‘sálvese quien pueda’. No parece ser esta una economía muy sana. Debería haber un Estado más presente. La política del gobierno nacional es retirarse y dejar que los actores juegan su rol libremente”, expresó el titular de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino. Para terminar, enumeró otra serie de factores que repercuten negativamente en las pequeñas industrias. «Los impuestos son altos. La baja tributaria quedó en una promesa y la reforma laboral impulsada por el DNU está frenada por la Justicia. Me parece que esa no es la forma de modificar leyes tan profundas. Todo esto se debería haber tratado en el Congreso de alguna manera. Hay consenso en el empresariado para que se debatan y se simplifiquen las relaciones laborales. Ahora bien, desde ENAC entendemos que estas discusiones se deben dar en otro momento, cuando el sueldo del trabajador es alto y la actividad de las empresas están a pleno. Si no se dan dentro de ese marco, es muy difícil que ambas partes pueden coincidir o conceder. Para poder modernizar las relaciones laborales se deben implementar estrategias de manera constructiva y no a las piñas o través de un decreto», finalizó.