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viernes 19, de abril , 2024

Pueblos al rescate: cuando la tecnología no es parte de la solución

Si bien la premisa nacional, provincial y comunal es clara, salud sobre economía, en los pueblos sostener el aislamiento prolongado sin la posibilidad de trabajar se transforma en un verdadero problema para mucha gente que vive de su oficio. El trabajo remoto y el delivery, opciones que se han presentado como soluciones, se encuentran muy arraigadas en las ciudades, pero no en la mayoría de los pueblos, aunque nunca falta quienes sean la excepción.
Internet y sus virtudes aparecieron en primer momento como una alternativa frente a lo presencial. Hoy por el contexto, se transforma en una necesidad imprescindible en toda organización que quiera seguir funcionando en tiempos de aislamiento obligatorio. Sin embargo, para que ello sea posible se necesita de infraestructura en telecomunicaciones. Las empresas de telecomunicaciones invierten en general donde hay mayor densidad poblacional guiados por una lógica lucrativa.

Informate másLa nueva tecnología que llegó para quedarse
En muchos pueblos de nuestro país, sus economías locales no pueden ser salvadas por la tecnología, como sí se puede hacer en rubros donde su naturaleza lo permite.

Puerto Gaboto (Santa Fe)
En la actualidad contamos con más de 6.000 infectados en Argentina, siendo casi esa la misma cantidad de toda la población del pueblo santafesino llamado Puerto Gaboto que, curiosamente, no tiene un solo caso de Coronavirus.

Hay principalmente tres actividades económicas que sostienen al pueblo y poco puede hacer la tecnología para ayudarlo.
Puerto Gaboto es un pueblo de pescadores ubicado en el sur de la provincia de Santa Fe. Si bien su población es pequeña, sus atractivos naturales, islas y los dos ríos que recorren sus costas hacen de éste el destino favorito para muchos turistas del país.

Hay principalmente tres actividades económicas que sostienen al pueblo y poco puede hacer la tecnología para ayudarlo. La diversidad de actividades económicas propia de las ciudades, no se da en los pueblos. Las grandes fuentes de ingreso de Gaboto provienen principalmente de la pesca, la gastronomía y el turismo.

Pesca
“Desde la comuna asistimos con lo poco que tenemos pero el pescador se encuentra complicado porque hasta la naturaleza se nos reveló con la increíble bajada del río Paraná”, aseguró Sandra Aguirre, presidenta comunal de Puerto Gaboto.

Actualmente hay tres camiones cargando pescado en Gaboto con un promedio diario de 1.000 kilos de sábalo cada uno.
Su preocupación no es para menos, ya que en los últimos días el citado río sufrió una de las bajadas que marcó un nuevo récord histórico, inclusive más importante que la de 1971. El río redujo tanto su caudal que hay trechos donde la gente puede cruzar al otro lado a pie o a caballo.

“En este momento que sale poco pescado, hay tres camiones cargando en Gaboto con un promedio diario de 1.000 kilos de sábalo cada uno, pero en otros tiempos en que salía mucho se pueden cargar entre 5.000 y 6.000 kilos, pero ahora el río está muy bajo”, confesó Gastón Iglesia, el fiscalizador oficial de pesca de la Comuna de Puerto Gaboto.

A la bajada histórica del río, se deben sumar las dificultades de la invasión de langostas y el dengue, que es un problema severo con más de 3.700 casos en Santa Fe. Por suerte según el Ministerio de Salud de la provincia no se reportan desde hace varios días nuevos casos de COVID-19. Eso no quiere decir que no sufra el Coronavirus, ya que cuenta con 244 casos confirmados en la provincia al día de la fecha, pero vienen haciendo un buen trabajo en no aumentar la propagación del virus. Puerto Gaboto no tuvo casos positivos y las autoridades comunales pretenden seguir teniendo al pueblo “blindado” para sostener esta tendencia.

Gastronomía
Entre aquellos casos excepcionales que le buscan la vuelta, está sin duda Gustavo Barriera, dueño de la panadería más importante de Puerto Gaboto “El Viejo Yoryi” desde 1995. “Me hice cargo de la profesión de mi abuelo y le puse su nombre a la panadería. Uno atraviesa esta situación en un pueblo donde la circulación de gente es menor, donde no es como las grandes urbes, sino que acá uno tiene llegada de proximidad con el cliente. Cayó drásticamente la venta de salón, pero por suerte desde hace años reparto a otros pueblos mercadería y quiero comenzar con el delivery. Hoy en día la gente tiene tiempo para producir los panificados en su casa y se hace difícil competir. Por el momento llevamos pan y facturas a: Oliveros, Maciel, Monje, Barrancas, comedores, hospitales y a locales particulares también, tomando todos los recaudos y permisos necesarios para hacerlo de manera segura para todos. Hay que entender que estamos llevando una nueva vida y mientras tanto tendremos que aprender cómo convivir con este virus. Me preocupa porque nuestra economía está muy golpeada, hay impuestos que seguir pagando y los precios no paran de subir”, contó Gustavo.

La panadería más importante de Puerto Gaboto, “El Viejo Yoryi”.
A pesar de que la rueda de la economía sigue girando, no es fácil mantener una panadería con más de 8 empleados como es el caso. Si bien los productos se siguen distribuyendo a otros pueblos, la caída de las ventas directas ha bajado vertiginosamente. El sistema de take away ya habilitado en algunas grandes urbes, está siendo evaluado en pueblos como Puerto Gaboto, ya que es una modalidad que promete sostenerse por un largo tiempo. “Ahora la venta es para venir, comprar y llevar, ya no se puede venir como antes a tomar un café. Las pérdidas del mes de abril marcan una caída del 67% en venta al público respecto a febrero”, afirmó Barriera.

Turismo
Según estadísticas oficiales el pueblo recibe un promedio de más de 2.000 turistas por fin de semana, es decir casi el 50% de su población. Esto claramente repercute en su economía local ya que ellos mismos llaman a esta actividad la “fábrica sin humo”. Los locales comerciales trabajan sin cesar y muchos pueblerinos aprovechan la ocasión para cocinar empanadas, pan casero, tortas fritas y otras comidas que salen a vender a los turistas que disfrutan del paseo ribereño frente al Coronda.

Pero esta actividad también se vio golpeada por la cuarentena impuesta. “Desde que se dictó la cuarentena, se suspendieron los ingresos de turistas a cabañas y alojamientos. Los caminos alternativos para llegar al pueblo están prohibidos y sólo se puede ingresar por la ruta principal, únicamente habilitada para gente del pueblo. La policía está allí y controla el ingreso. Se devolvió el dinero de las reservas y se perdió también el dinero de la bajada de las lanchas, que para Gaboto representa una pérdida económica grande. El icónico restaurant de pescado Pinocho tuvo que cancelar las 600 reservas hechas para Semana Santa. Gaboto está viviendo una situación bastante difícil”, aseguró Sandra Aguirre.

 

Con todos sus caminos cerrados y la imposibilidad de movilidad de la gente, los comercios locales sufrieron una gran pérdida económica que agrava la situación.

Puerto Gaboto descubrió ya hace unos años que podía poner en valor la industria del turismo. “El 2020 era un año de inflexión porque trabajaríamos en la creación del parque arqueológico junto con España. Además, avanzaríamos en la construcción de un parque nacional en conjunto con el gobierno de la provincia, como también obras públicas necesarias para acompañar el crecimiento del turismo cultural como ser visitas de colegios litoraleños. Esperemos que todo pase pronto porque estamos realmente muy perjudicados”, afirmó Sandra.

La iglesia del pueblo. La localidad es considerada la primera fundación de Sudamérica.

 

Este pueblo, como tantos otros había encontrado en el turismo y su historia, un modo de mover la economía. La localidad de Puerto Gaboto es considerada la primera fundación de Sudamérica, allá por 1527, por el navegante Sebastián Gaboto. Olvidado, como tantos otros por la historia Argentina, el pueblo busca contar su historia además de las bellezas naturales que el lugar presenta. Pero el virus, la baja del río, el dengue y las plagas, hicieron que los turistas amamantes de la pesca, la isla y el río dejaran de visitarlo, llevando la economía local al borde del colapso.

 

(*) Fundador P.A.C. – Agencia de contenidos.

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