El pistacho aparece como el cultivo del futuro de la agricultura en zonas áridas. En Mendoza se cultiva cada vez más, porque donde crece el olivo, crecen los pistachos.
Se trata de un producto sabroso, nutritivo y curativo y se lo considera como el fruto seco con mayor proyección en Cuyo, ya que es originario de Asia menor, de zonas desérticas, frías en invierno y cálidas en verano.
Los frutos se desarrollan en racimos apretados como los de las uvas. Su color varía del amarillento al verdoso y se consume de todas las formas en países como Irán, Turquía y Siria, aunque hoy hace furor en Estados Unidos y forma parte de las recetas de muchos chefs argentinos.
En Argentina, la mayor zona de producción es Cuyo y, en Mendoza, crece a pasos agigantados. Ya hay plantaciones en Lavalle, Guaymallén, General Alvear, Las Heras, San Rafael, Tupungato y Luján.
El cultivo requiere de un manejo específico y de una poda especial según la especie, por eso los productores son permanentemente asesorados por el Instituto de Desarrollo Rural, la Asociación de Frutos Secos Mendoza y el INTA.
Según el Registro Único de la Tierra, en la actualidad hay 11,5 hectáreas, de las cuales 5 se encuentran en Lavalle, 3,5 en San Rafael y 2,9 en General Alvear, siendo las principales zonas productoras hasta el momento.