Se espera una sensible merma en los volúmenes de fruta a cosechar esta temporada

En virtud de las contingencias climáticas que habitualmente castigan la producción en nuestra provincia, quisimos conocer cómo está por estos días el panorama de cosecha de la producción frutícola. Para ello, desde FM Vos (94.5) y Diario San Rafael entrevistamos a la ingeniera Cecilia Fernandez, jefa del área de Gestión de Información del Instituto de Desarrollo Rural (IDR). “En términos generales, esta temporada ha tenido contingencias climáticas severas en épocas de floración, sobre todo heladas que afectaron frutales; la floración es el momento más sensible en el proceso anual de la planta y, por lo tanto, afecta la producción. Cuando las bajas temperaturas se producen en flor abierta o en fruto recién cuajado, indudablemente se resienten la cantidad y calidad de los frutos. Temperaturas mínimas no tan severas igualmente producen daños en los frutos. En virtud de esto, se espera una disminución de la producción en la mayoría de los frutales importantes de la provincia, como el durazno y pera para industria. El durazno para consumo en fresco no ha tenido una pérdida tan grave, pero igualmente se espera una disminución en cuanto a la producción respecto al año pasado. En el caso de ciruela para industria, que es uno de nuestros principales cultivos, no solo en el Sur, sino en toda la provincia, tendremos lamentablemente en la presente cosecha el cuarto año consecutivo de baja producción. A esta fruta no solo la han afectado las heladas, sino también el viento zonda, que hizo perder una cantidad de flores importante. Para este temporada esperamos alrededor de 33.865 toneladas en fresco, que es alrededor de la mitad de la última cosecha”.
Con referencia a la variable precios ante esta situación, la ingeniera Fernández comentó que “la ciruela todavía no tiene precios, pero claramente los valores para el productor mejorarán. Se produce una situación paradójica en algunas fincas: al haber pocos frutos, por más que el precio sea bueno, no se justifica su cosecha. Es decir, que los castigos climáticos hacen que los precios se incrementen, pero benefician al productor hasta cierto punto. Como verán, el de la ciruela es un cultivo muy atípico ya que, en años de buena cosecha, se pueden obtener 5.000 frutos por árbol, y otros años apenas 50 unidades. Esta variabilidad hace que sea muy complicada la gestión de este cultivo. Tiene además otra particularidad, que es que hay que cosecharla en un lapso de solo dos semanas (normalmente en la segunda quincena de febrero); esto implica una logística de cosecha muy bien planificada. Sintetizando: los precios se tonificarán hasta el punto en que, al no haber fruta suficiente, no conviene cosechar porque la rentabilidad de lo poco que se cosecha no justifica el gasto de tener que levantar los frutos”. Con referencia a otras frutas, explicó que “en el durazno para industria también tendremos un merma de producción, producto de las heladas que ocurrieron el 14 de septiembre en la zona Norte y Valle de Uco, y estimamos un volumen de 82.038 toneladas; esta cifra es bastante inferior a la del año pasado, que alcanzó las 111.000 toneladas, o sea, la baja será del 26%. También la zona Sur ha sido muy afectada este año por heladas. Las estimaciones a las que me he referido han sido realizadas en noviembre, por lo cual, hasta el momento en que coseche, queda todavía un camino por recorrer por la ocurrencia de granizo o lluvias torrenciales”.
Consultado puntualmente sobre el mapa de implantación actual en la provincia, dijo que “hay menos superficies implantadas y también una mayor tecnificación. Este aporte tecnológico hace que las superficies implantadas rindan más. Concretamente, hay menos superficies implantadas, pero mejores rendimientos por planta, y en definitiva hoy tenemos un equilibrio respecto a los volúmenes cosechados”.