Se recupera exitosamente una niña que operaron hace un año en el hospital Notti con una técnica inédita en el país

Nayla es una niña de 10 años que tenía un tumor maligno, por lo que fue operada en el hospital Humberto Notti de Mendoza con una novedosa combinación de técnicas quirúrgicas, lo que incluso le permitió volver a la escuela y a jugar al fútbol. Al respecto dialogó con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael Humberto Scherl, jefe del Servicio de Cirugía Infantil de ese nosocomio.
Hace exactamente un año, con tan solo 9 años de edad, a Nayla se le detectó un tumor maligno en la cabeza del páncreas. Se utilizó una técnica mínimamente invasiva, una biopsia realizada por ecoendoscopia. Scherl expresó que este tipo de tumores son muy poco frecuentes en edad pediátrica, no solo en nuestro país sino a nivel mundial, habiendo muy pocos casos publicados. “En esa oportunidad se decidió lo que había que hacer, que era erradicar ese tumor maligno, y para sacarlo tuvimos que hacer una gran cirugía que se llama ‘duodenopancreatectomía’, que implica sacar no solamente la cabeza del páncreas con el tumor, sino el duodeno, las vías biliares, la mitad del páncreas y la mitad del estómago. Es una cirugía muy grande, pero felizmente anduvo muy bien”, dijo. Si bien no fue la primera operación de ese tipo en el país, sí fue la primera en Mendoza.
El profesional agregó que hace alrededor de tres meses, la pequeña volvió a tener dolores y signos de pancreatitis. Si bien la parte oncológica estaba controlada, la niña no evolucionaba del todo bien y se determinó que la pancreatitis era por una estrechez (estenosis) del conducto principal del páncreas. “Todo el jugo pancreático va por ese conducto y cae al intestino, eso no lo podía hacer ella y para resolver eso había que hacer una nueva cirugía, una reoperación, y desarmar todo lo que se había hecho. Ahí nos juntamos con todos los servicios, para hacer algo que no se había hecho nunca y que no está descrito, que es una cirugía combinada. Por laparoscopía logramos ingresar a la cavidad de forma mínimamente invasiva, y encontramos una de las asas que desemboca en el páncreas, la exteriorizamos y logramos colocar el endoscopio. El doctor Izaguirre, que es el endoscopista terapéutico, ingresó con el endoscopio y logró franquear la estrechez de ese conducto y colocar un stent, lo que permitió una resolución de la complicación de la cirugía grande y que la niña no tuviera un postoperatorio prolongado, en terapia, sino que en 24 horas se estaba alimentando y en 48 horas estaba en casa”, explicó, y aseguró que “fue una solución muy buena desde el punto de vista mínimamente invasivo para un paciente pediátrico, que es eso lo que no se ha publicado ni encontramos publicaciones sobre ese tipo de cirugías”. El médico destacó que todos los parámetros de la lesión pancreática están en valores normales, por lo que “se ha reintegrado totalmente”.