Solidaridad frente a la crisis: comerciante deja alimentos en la vereda de su negocio para que los lleven familias necesitadas

Según publicó una vecina en redes sociales, Marcos Albornoz, quien posee desde hace poco más de un año junto a su pareja, una despensa en calle Balcarce 178, Pueblo Diamante, realiza donaciones de alimentos a personas necesitadas. Al respecto, el hombre brindó algunos detalles a través de FM Vos (94.5) y de Diario San Rafael.
Explicó que antes de tener este negocio en Pueblo Diamante, Albornoz trabajaba en un hotel, de donde fue despedido a raíz de la pandemia. Decidió hace poco más de un año abrir este pequeño negocio de barrio, que le ha servido también como una fuente de solidaridad.
“Hace un par de meses bajó el consumo: se vende, pero se vende menos, menos cantidades, menos cosas y empezaba a sobrar mercadería que sirve solamente en el día, como facturas o el pan que se empieza a poner duro, entonces no se puede vender» dijo Marcos.
“Vimos en el último mes o mes y medio, que empezó a venir mucha gente a pedir, sobre todo niños (que es lo que más duele), a ver si sobraba algo y empezaban a venir seguido. Siempre sobra algo, y como somos dos no comemos tanto. El pan, o lo tengo que dejar duro para rallar o lo tengo que tirar. Me pregunté ‘¿qué hacemos con esto?’, porque es mercadería que está quedando, que no se está vendiendo y que tampoco podemos comer porque por ahí es mucha ya que sobran tres o cuatro kilos de pan, o dos docenas de facturas. Entonces mi pareja me dijo ‘¿por qué no ponemos algo afuera y el que lo necesite, que se lo lleve?’”, recordó y añadió: “Nos ha sorprendido, la gente se lleva las cosas, es gente que probablemente lo necesita, porque no es que yo dejo las bolsitas con pan o las facturas y que inmediatamente desaparecen, es que la gente lo necesita”.
Algo que les duele –como a cualquiera– es ver a niños pidiendo, especialmente porque se sobreentiende que detrás de ellos hay familias que están pasando por momentos difíciles. “Uno lo ve con las ventas, veo que son familias de cuatro o cinco personas y veo la pequeña compra y pienso ‘esto es lo que va a comer toda esta gente hoy’. Se nota mucho eso y la verdad es que duele”, lamentó Albornoz.