Había cierta preocupación social por el primer día de ingreso de muchos jóvenes que este año están cursando su último año del nivel secundario. Es que se podía dar una celebración llamada “Último Primer Día” o su sigla, “UPD”, en la que los jóvenes consumen bebidas alcohólicas con la intención de llegar ebrios a clases el “último primer día” de clases. Sobre lo que finalmente ocurrió, dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael, Julieta Cabañas, subcomisario y coordinadora de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales en el sur mendocino.
Los jóvenes comenzaban el último año de la secundaria, y como parte de una costumbre que se va acrecentando, habían organizado fiestas en las que beber alcohol era básicamente la “gracia” de cara al ingreso a la escuela al día siguiente.
“Lamentablemente todavía tenemos algunas propiedades que se unen a este tipo de actividades, que netamente son clandestinas. Nosotros tuvimos cuatro ceses de actividad en San Rafael y una en Malargüe. Uno fue en el salón Los Olivos, de calle El Toledano, el otro fue en Cuadro, el otro en calle Italia al 1800 de Walter Fuentes, y el otro, el salón Las Moritas de ruta 165, y el bar Imperio en el departamento de Malargüe, el cual luego la jueza del Juzgado de Faltas realizó la clausura del mismo.
Para que la policía llegara a los lugares allanados, se dieron denuncias telefónicas. Al concurrir y no contar los salones con la habilitación correspondiente, simplemente se debe obligar al cese de la actividad. “Por suerte los jóvenes hicieron el retiro de manera tranquila, no tuvimos inconvenientes a la hora del cese de la actividad en ninguno de los cuatro salones de San Rafael, por lo tanto se pudo trabajar tranquilo junto con el personal policial”, aclaró. Destacó que el hecho de desarrollar los operativos de manera rápida y temprana, ayudó a que el consumo de bebidas fuera menor y que, de esa forma, todo fuera más calmo, si se tiene en cuenta que eran celebraciones de hasta 150 personas.
En algunos salones había propietarios y en otros encargados. En el momento en que se les explicó la situación, accedieron de manera pacífica también a concluir con la actividad, lo cual no siempre se ha dado así.
Algo que pudieron comprobar este año respecto de años anteriores, es que entre los jóvenes había mezcla de escuelas. “Ahora se daban grupos grandes de escuelas variadas. Eso podemos observar como un cambio en relación a las reuniones que se hacían en años anteriores. Antes se hacían entre dos cursos o entre dos escuelas, pero ahora hubo fiestas en las que había más de cuatro o cinco escuelas”, señaló.
Al margen, hubo trabajo de la Comisaría del Menor conjuntamente con la Dirección General de Escuelas.