Un cambio cultural contra la siniestralidad vial

La siniestralidad vial es uno de los flagelos más preocupantes que muestra la sociedad argentina y del cual Mendoza ni San Rafael son ajenos.
A nivel país, y de acuerdo a la asociación Luchemos por la Vida, los siniestros viales son actualmente la causa de casi 20 muertos por día (cerca de 7.000 al año) en todo el país, lo que representa una verdadera epidemia que deja, además, más de 120.000 heridos por año y grandes pérdidas materiales estimadas en 10.000 millones de dólares por año.
Los estudios arrojan otros datos llamativos: por caso, en los últimos años aumentaron las muertes entre motociclistas en accidentes de tránsito (casi la mitad de las víctimas); un alto porcentaje (casi un tercio del total) son siniestros univehiculares, es decir en los que el accidente tiene como protagonista a un solo vehículo; la mayoría de las víctimas son menores de 35 años (56%); y los fines de semana resultan más peligrosos, ya que a pesar de ser solo dos días, aportan casi la mitad de los muertos en el tránsito (44%).
De unos años a esta parte, nuestra conducta vial se ha tornado cada vez peor y las cifras reflejan, con dolorosos números, que esa falta de conciencia y empatía social nos está llevando por un laberinto de muerte y dolor. En lugar de evolucionar, la práctica demuestra que vamos claramente en el sentido inverso.
Nuestras actuaciones en la vía pública son, en general, deficientes. Frente a ello, pretender que el Estado disponga de recursos materiales y humanos para controlar y sancionar a cada ciudadano que viola la norma es solo una forma más de exonerarnos de la responsabilidad de hacer nuestros aportes a una mejor convivencia comunitaria. La falta de respeto para con las leyes viales no es más que una muestra más de cómo lo único que suele interesarnos son nuestras conveniencias y visiones. De respetar y cuidar al otro, nada. Un cambio cultural que incluya una mayor empatía y una verdadera toma de conciencia de lo dañoso que resulta la actual anomia pareciera ser imprescindible y urgente.