Como informó nuestro diario, la academia de Villa Atuel de folklore “Otoño de Colores” representó con excelentes resultados a San Rafael en el “Abuelazo” de Cosquín. El profesor Marcelo Lucero, quien comanda al grupo, se refirió en diálogo con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael, a las distinciones que recibieron.
A fines de noviembre esta academia estuvo presente en el escenario de Cosquín representando a San Rafael en el “Abuelazo”, una de las fiestas más importantes para los adultos mayores del país que se desarrolla desde 1994, y que reúne a miles de personas de toda Argentina y países limítrofes.
El Concejo Deliberante de San Rafael les entregó una distinción a raíz de la tarea realizada. “Estamos contentos, no nos la esperábamos. Desde Mendoza nos habían hecho una distinción, gracias a la concejal Gisela Valdez y ahora desde acá, de San Rafael a través del concejal Samuel Barcudi”, recordó y añadió que esto dejó a las alumnas muy emocionadas, ya que se trata de 18 mujeres cuyas edades van de los 55 a los 80 años y que jamás imaginaron que podrían llegar a pisar el escenario de Cosquín.
Recordó que el “Abuelazo” fue en la “capital del folclore” los días 24, 25, 26 y 27 de noviembre. “Fuimos en carácter de representantes de San Rafael y, si bien no es una competencia, había jurados que evaluaban los trabajos que hacíamos. Había mucha gente grande, pero también había chicos que acompañaban a la gente grande como pasa en algunos lugares que no tienen bailarines, por lo que invitan a bailarines para que puedan ir. Por eso no se puede tomar la categoría de ‘competencia’, pero sí había un jurado que analizaba las coreografías, la puesta en escena. Nosotros nos destacamos en la composición coreográfica, así que súper contentos. Había mucha gente, yo calculo que había unos 3 mil adultos mayores, así que fue hermoso”, aseguró y añadió que le llamó la atención la cantidad de gente grande, de todo el país, que sigue bailando y haciendo actividades.
La academia funciona en Villa Atuel. Se creó en abril del 2015 siendo un grupo pequeño, con mucho compromiso y sobre todo muchas ganas de seguir disfrutando de la vida. Comenzaron trabajando en un centro de jubilados distrital, y actualmente utilizan un salón que les han prestado para que ensayen más cómodas.
Han llevado a cabo rifas, venta de empanadas y otras actividades para reunir fondos que les sirvieran para la compra de ropa e incluso el armado de un escenario. El docente señaló que más allá de las distinciones, sería buena una ayuda económica real, que no se olviden que “están allá”. No obstante, el Municipio se ha hecho cargo de pagarles el sonido cuando lo han requerido.
