Una “pandemia paralela”: la depresión

El miércoles 13 fue el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, fecha que se conmemora con el objetivo de concientizar a la población sobre esta enfermedad mental y sus consecuencias. Respecto de esa patología brindó algunos detalles a través de FM Vos (94.5) y de Diario San Rafael, el psicólogo Marcos Masnú.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de un trastorno mental frecuente, que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. A su vez, es la segunda principal causa de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad. La depresión puede ser leve o ir aumentando su intensidad hasta volverse grave. Si bien a cualquier persona le puede surgir un día con sentimientos de tristeza, melancolía, apatía, desesperanza, baja autoestima, pero a diferencia de ello, la depresión nos incapacita para hacer las actividades diarias, se llega a un período en que las personas dejan de hacer lo que realizan normalmente. No es necesario que cualquiera lo note en una persona, pues ella misma puede darse cuenta de que no está bien. Sin embargo, la depresión se esconde y el propio paciente no se da cuenta, lo cual es peligroso porque aumenta su intensidad. “Se siente una fatiga crónica, autoestima baja, dolores que no entendemos (de cabeza, de cintura), náuseas, los horarios de sueño y vigilia van cambiando (o dormimos mucho o no dormimos y tenemos insomnio), pérdida de apetito o apetito en aumento. Lo que más se nota es el interés por las actividades que hacíamos y un extremo son las desviaciones suicidas”, expresó el licenciado Masnú y añadió que obviamente, la pandemia va a dejar diversas consecuencias muy serias vinculadas a la depresión, dado el encierro, la necesidad de salir y hacer actividades, los problemas económicos, de pareja, etcétera.
Cabe tener en cuenta que la depresión suele convivir con otras enfermedades como los dolores crónicos, la ansiedad, el estrés, el trastorno obsesivo compulsivo y diversas fobias entre otros. Cuando se da esta coexistencia el tratamiento se hace más complejo y la ayuda del especialista de la salud mental es fundamental. Se trata de una enfermedad que puede ser muy dura y el apoyo familiar y de los amigos es un gran aliado, siempre con la importancia de tener en cuenta sumar un profesional a la lucha.