La que hoy se inicia no será una semana más para la Argentina y para los argentinos. Como cada vez que se avecinan las elecciones para elegir a quien comandará los destinos de la Nación por, al menos, cuatro años, el movimiento social y político volverá a agitarse. Aún más.
Quizás como dato distintivo del acto eleccionario del domingo, aparecen como opciones dos propuestas absolutamente contrapuestas, en lo que ha venido a ser la nueva “grieta” que atraviesa a los argentinos. Con un espacio como Juntos por el Cambio –que gobernó el país durante cuatro años, que dejó ese lugar en 2019 y que hoy por hoy (después de haber terminado tercero en las elecciones de octubre) está prácticamente desmembrado- sin el peso propio de años atrás, La Libertad Avanza –y sus máximas expresiones, Javier Milei y Victoria Villarruel- le disputará el timón del país a la coalición gobernante, que propone como candidato al actual ministro de Economía, Sergio Massa.
Desde lo discursivo y desde lo filosófico, la polarización construida en los últimos 20 años en el escenario partidario y social argentino no ha hecho más que radicalizarse para esta elección. Y ese pareciera ser, al menos en parte, un rasgo positivo para el votante, que ya no podrá argumentar demasiadas dudas respecto a las propuestas de los espacios candidatos. Está claro –y así lo declaran y muestran cada vez que pueden- qué quieren del país cada uno de ellos y será el soberano quien, eligiendo una u otra opción, el que optará y, luego, también deberá responsabilizarse de su elección. En fin, la democracia…
La relatividad del tiempo es indiscutible. Cuatro años puede ser poco tiempo o muchísimo. Para bien y para mal. Una vez más, la responsabilidad de dirigidos y, a posteriori, de dirigentes, será puesta a prueba. Será esta, entonces, una semana en la que los ciudadanos argentinos debemos –o deberíamos- reflexionar acerca de nuestro pasado, presente y futuro para depositar, el próximo domingo, nuestra confianza y voluntad en uno u otro sentido. En dicha tarea, la lógica suele brindar mejores resultados que la emocionalidad.