A veces las palabras no alcanzan. A veces, lo que se siente por dentro no encuentra salida. Y ahí, en ese lugar donde cuesta explicar lo que pasa, aparece algo que abre una puerta: el arte.
Así nació “Sana En Arte”, un proyecto sanrafaelino que mezcla arte, salud y un microemprendimiento.
Detrás de la propuesta está Giovanni, un niño de 9 años que vive con autismo y que, junto a su mamá Myriam, encontró en la pintura una forma de expresarse, relajarse y construir, paso a paso, una rutina que le haga bien.

“Soy Giovanni, tengo 9 años y tengo autismo. Me gustan los dibujitos, meterme en la pile, jugar con tierra, cantar el himno, la Selección Argentina y el arte”, se presenta con ternura y sinceridad en las redes del emprendimiento.
Con esa misma honestidad cuenta algo que muchas familias viven en silencio: “A veces no sé cómo expresarme y otras entiendo las cosas de forma diferente. Estas situaciones me generan crisis, me pongo nervioso y no puedo decirlo o explicarlo”.
LA PINTURA COMO HERRAMIENTA DE CAMBIO
Fue entonces cuando apareció una revelación cotidiana, de esas simples pero enormes: pintar lo calma.

“Desde hace un tiempo con mi mamá descubrimos que pintar me relaja un montón. Empezamos pintando una gorra, después otra y otra más, y así emprendimos un camino sanador y nació Sana En Arte”, relatan. Y en esa frase se entiende todo: lo que comenzó como un recurso para estar mejor, se volvió también un proyecto familiar con identidad propia.
Hoy, “Sana En Arte” ofrece gorras, bolsas, remeras, buzos, pilusos y más, todos intervenidos a mano, con diseños únicos, colores y trazos que nacen de ese universo creativo de Giovanni. “Todas pintadas con mucho amor”, remarcan, porque cada prenda lleva algo más que pintura: lleva tiempo compartido, paciencia, aprendizaje y una historia que se abre camino.
Quienes quieran conocer el proyecto, ver los diseños o acompañar esta propuesta pueden buscarlo en Instagram: @sanaenarte.








