El Dr. Manuel Vilapriño, director de Salud Mental y Consumos Problemáticos de Mendoza, analizó las sensibles cifras registradas durante las últimas festividades de Navidad. Con un registro de 15 intentos de autoeliminación en solo 48 horas, el funcionario destacó la importancia de transparentar los datos para romper el estigma y detalló cómo la red de contención provincial trabaja sobre la relación directa entre las adicciones y las crisis de salud mental.
La construcción del dato: del silencio a la visibilidad
Para la gestión de Salud Mental de Mendoza, la recolección de estadísticas mediante el SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino) ha sido un eje fundamental. Según Vilapriño, el primer paso para abordar la problemática fue vencer los prejuicios históricos que rodeaban al registro de casos de suicidio. «El dato se construye a través de una serie de herramientas, desde la evaluación del profesional hasta el registro administrativo. Alrededor de la salud mental existieron muchas sombras relacionadas con los propios estigmas. Muchas veces no se sabía si convenía hablar o mostrar los datos de suicidio; hoy tenemos claro que sí conviene mostrarlos para poder utilizar procesos que permitan modificar la realidad», explicó a FM Vos 94.5.

El impacto de las fiestas: un pico de 15 intentos en dos días
Las estadísticas del 24 y 25 de diciembre encendieron las alarmas al superar ampliamente la media diaria de la provincia. Vilapriño explicó que las fechas festivas funcionan como un catalizador de crisis emocionales preexistentes. «Durante el 24 y el 25 se notificaron 15 intentos de autoeliminación a lo largo de la provincia. Es un número significativamente superior a la media habitual de intentos diarios. Las fiestas de fin de año son muy sensibles porque movilizan cuestiones afectivas y etapas de valoración de lo que ha sido el año; si la persona no está bien, la situación se agudiza», advirtió el profesional.
«Veníamos trabajando con un promedio de 2,2 casos por día, pero lo registrado entre el 24 y el 25 de diciembre marcó un pico alarmante de 15 intentos en solo 48 horas», añadió Vilapriño.
El consumo como «punta del iceberg»
Uno de los datos más reveladores de la entrevista fue la conexión estructural entre el uso de sustancias y las decisiones de autoeliminación. La provincia ha logrado identificar un patrón claro en su registro de casos. «El 87% de los suicidios que tenemos en la provincia tienen que ver con una historia de consumo. Es un dato altísimo y un registro puro de Mendoza. El consumo de sustancias es un gran determinante de todo lo que está pasando, pero siempre es la punta del iceberg; es lo que vemos, pero detrás hay una gran cantidad de factores que intervienen», comentó en otro tramo de la charla.
Dentro de ese marco explicativo, Vilapriño señaló que la presencia de pacientes con cuadros de intoxicación en las guardias de los hospitales es notable y significativa, siendo este un factor común en la mayoría de los casos de riesgo.

Una red de internación y contención
Sobre el protocolo de intervención, el funcionario destacó el fortalecimiento de la infraestructura sanitaria. Anteriormente, la centralización en hospitales especializados dificultaba el abordaje inmediato, algo que se ha modificado con la integración de hospitales generales a la red. «Cuando una persona arriba con una urgencia, primero se compensa la parte clínica y luego se decide la conducta de internación. Hoy contamos con una red de internación que antes no existía: tenemos 11 hospitales generales con internaciones específicas, además de los especializados. Esto garantiza que la persona reciba una atención adecuada y correcta en cualquier punto de la provincia», resaltó.
Respecto a cómo se detectan estos casos, el director informó que, si bien la línea 148 (opción 0) recibe numerosos llamados por intenciones de muerte, los datos de intentos concretos provienen mayoritariamente del Servicio Coordinado de Emergencias y de los hospitales, con el Hospital Central a la cabeza de los registros.
Reincidencia y prevención
Finalmente, Vilapriño abordó la problemática de quienes vuelven a intentar quitarse la vida tras recibir el alta o durante el proceso de tratamiento. “Según nuestros registros en el sector público, la reincidencia en los intentos de autoeliminación se ubica entre un 10% y un 20%. Es una muestra que nos indica dónde estamos y hacia dónde tenemos que ir, tanto desde lo preventivo como desde la asistencia clínica cotidiana», concluyó.
Si usted o alguien que conoce está pasando por una crisis, puede comunicarse en Mendoza a la línea 148 (Opción 0) para recibir asistencia en salud mental de forma gratuita y profesional.







