Investigadores del CONICET dirigieron un proyecto público-privado para el desarrollo de un suero terapéutico para tratar pacientes infectados con COVID-19 que mostró, en pruebas in vitro, la capacidad de neutralizar el virus. Gracias a estos resultados, se iniciará en breve la fase de ensayos clínicos en pacientes.
“El tratamiento es un suero para inmunización pasiva. Esto significa que a una persona se le administran anticuerpos de una fuente externa, por ejemplo, de personas convalecientes. En nuestro caso, se utilizaron anticuerpos policlonales equinos”, detalló a la Agencia CTyS-UNLaM la doctora Vanesa Zylberman, investigadora del CONICET y directora de INMUNOVA, la compañía biotecnológica que llevó a cabo el trabajo.
El proyecto está articulado con el Instituto Biológico Argentino (BIOL) y algunas instituciones públicas como la Administración Nacional de Salud “Dr. Carlos Malbrán” (ANLIS). También, cuenta con la colaboración de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience, CONICET y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Zylberman explicó que, de acuerdo a los resultados obtenidos en el laboratorio, el tratamiento desarrollado logró frenar la capacidad de infección que tiene el virus in vitro. “El virus, a través de una proteína que tiene en su membrana denominada Spike, se une al receptor de la célula humana y, así, logra ingresar a la misma. Lo que hacen los anticuerpos que nosotros produjimos es bloquear esa proteína viral e impedir la entrada del SARS-CoV-2 a la célula”, profundizó la investigadora.
“La administración de estos anticuerpos a pacientes, como terapia pasiva, tiene el objetivo de evitar que el virus encuentre su receptor y bloquear la propagación viral”, agregó.
La etapa que sigue -se espera que sea a mediados de julio- es iniciar la fase de ensayos clínicos, es decir, probarlo en un grupo reducido de pacientes. “Presentamos estos resultados a los agentes de regulación, ANMAT y, una vez autorizados, administraremos este suero a personas que estén cursando la enfermedad y verificaremos si se interrumpe el proceso viral”, adelantó Zylberman.
Una vez que esté superada esta etapa, recién allí se podrá pasar a una siguiente fase donde el tratamiento se hace masivo y se puede extender al resto de la población.
¿Por qué se utilizan anticuerpos de caballos? La clave, según profundizó Zylberman, es la producción en gran escala y los antecedentes con otros tratamientos. “La industria médica, desde hace muchos años, utiliza este tipo de anticuerpos para frenar distintos tipos de enfermedad o toxinas. En este caso, lo que hicimos desde el laboratorio fue producir la proteína del virus que posibilita la entrada a la célula humana, y administrársela al caballo, que es inocuo para ellos”, detalló.
Al recibir esta proteína, el animal inicia una respuesta inmunológica y genera una gran cantidad de anticuerpos, que deben atravesar todo un proceso de purificación y adaptación para que sea compatible con humanos. “Es un sistema que ya está establecido en la industria médica y se han venido utilizando para la elaboración de medicamentos o atender emergencias médicas como el envenenamiento por mordedura de serpientes, entre muchos ejemplos”, amplió la investigadora del CONICET.