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domingo 5, de mayo , 2024

Argentinos por la Educación advierte sobre la desigualdad en la cantidad de horas de clases entre las provincias

En el último año y medio, 2,4 millones de alumnos y 12.228 escuelas primarias estatales de todo el país sumaron al menos una hora de clase, según datos oficiales del Ministerio (ahora Secretaría) de Educación de la Nación. El dato implica que, desde mediados de 2022, se pasó de un 22% a un 83% de las escuelas con al menos 25 horas semanales de clase en el nivel primario, tras la implementación del programa “Hora más”, impulsado por el ministerio nacional en convenio con 22 provincias (todas menos Misiones y San Luis).


Sin embargo, según muestra el último informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, persisten diferencias importantes en la extensión de la jornada escolar por provincia.
En ese sentido, un alumno de la Ciudad de Buenos Aires tuvo, en teoría, 1162 horas de clase en 2022, si se considera la cantidad de días del calendario escolar y se la multiplica por la cantidad de horas previstas. En contraste, un alumno de San Luis tuvo 753 horas: un 35% menos.
Leyre Sáenz Guillén, analista de datos en Argentinos por la Educación y Licenciada Magíster en Economía, dialogó con FM VOS 94.5 y aseguró que extender el tiempo escolar, ya sea aumentando la cantidad de horas o días de clase, puede contribuir a mejorar los aprendizajes, reducir la repetición de grado y aumentar la asistencia futura a la escuela.
«La evidencia empírica nos demuestra que ampliar el tiempo de clase es positivo para los chicos. Por eso es importante ver cómo viene la planificación del calendario escolar en cada una de las jurisdicciones. Hay una amplía diferencia entre ellas, por ejemplo, en el 2022 la Ciudad de Buenos Aires y Santa Cruz planificaron más de mil días de clases, mientras que otras como Chaco, San Luis y Corrientes tuvieron menos de 800 horas. De ese modo, se desprende que durante ese período el promedio de horas a nivel nacional se planificó con 829 horas de clases», dijo Leyre Sáenz Guillén.
«Si bien estas son las horas que planificaron las provincias a principios de ese año, no tenemos datos concretos si se cumplieron. Lo que sucede es que todavía en Argentina no contamos con los datos públicos de los días efectivos de clases que tuvieron los alumnos. Obviamente que en el medio hubo paros docentes e inasistencias por problemas edilicios o climáticos», aclaró.
Después, indicó en qué lugar se sitúa la provincia de Mendoza en cuanto al nivel promedio del país. «Mendoza planificó 819 horas. Se ubica en un término medio dentro de este ranking que está compuesto por las 24 jurisdicciones del país», precisó Sáenz Guillén.
«Cuando hay más horas de clases se proyecta una mejor perspectiva de los aprendizajes. Hay que aclarar que, aunque Argentina tiene una media de horas como los países de la región, la calidad educativa no es la mejor. Si uno compara nuestro país con Uruguay, Chile y Brasil se da cuenta que estamos por debajo de esas naciones en términos educativos. La Argentina en cuanto a la calidad educativa se ubica en el rango de países como Nicaragua y Honduras. «La cantidad de días es esencial, pero también se debe apuntar sobre la calidad de los aprendizajes», añadió.
En ese sentido, remarcó que los últimos resultados de las pruebas PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes) han ubicado a la Argentina sobre un camino de retroceso. «Según los últimos datos, 7 de cada 10 estudiantes argentinos no logra niveles básicos de Matemáticas y la mitad no alcanza niveles mínimos en lectura. A contraparte de esto, la tasa de abandono escolar en el país viene decayendo, lo cual significa que los chicos están más en las aulas. Hay que trabajar para equilibrar los días y horas de clases con la calidad educativa», argumentó la analista de datos en Argentinos por la Educación.
«En cuanto a las pruebas que realiza la Unesco a los chicos de tercer grado los datos también son alarmantes: la mitad de ellos no comprende un texto básico. Los problemas de aprendizaje arrancan en los primeros años. Esta problemática se va agudizando en los distintos niveles educativos. Solo 13 de cada 100 chicos termina el secundario en tiempo y forma», amplió la información.
Por otra parte, con estos datos comparó la educación pública con la privada. «Ambas vienen en caída, aunque los puntajes son un poco más bajos en las escuelas estatales. El nivel socioeconómico condiciona mucho el aprendizaje de los estudiantes. En los últimos ocho años aumentó en las escuelas del Estado un 21 % la asistencia a los comedores. Las escuelas públicas van adquiriendo un rol de contención más allá de los aprendizajes. Un niño que no está bien alimentado no puede aprender como corresponde», aseveró Guillén.
«Muchas veces se dirigen políticas directas al nivel secundario, pero el problema de raíz viene mucho tiempo antes. Por eso mismo, desde el Observatorio de Argentinos por la Educación arrancamos con una campaña de alfabetización desde el nivel inicial. Muchos de los gobernadores y el presidente Javier Milei se comprometieron (antes de las PASO) a implementar las medidas que sea necesarias para revertir esta situación. Es importante que las autoridades políticas se involucren», cerró.

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