Los fleteros recibieron la habilitación para volver al trabajo, aunque por ahora el movimiento es poco y solo sobreviven quienes tienen otros empleos al mismo tiempo.
En el departamento el rubro tiene mucha oferta, mayormente de personas ya jubiladas que buscan en el flete y la mudanza un ingreso extra para engordar las flacas jubilaciones.
Consultado por el reinicio de la actividad, Joaquín Pérez, fletero, comentó que “se está volviendo de a poco, la gente está empezando a querer mudarse porque se le complica con los contratos”.
Respecto a cómo fue todo este tiempo sin actividad, analizó que “si uno se dedica solo a estos, se complica, normalmente se complementa con algo más, tener los fletes parados fue muy difícil; si uno tiene todo en regla, puede recibir la ayuda que se dio (el IFE), con eso se puede comer y tener salud, lo demás se verá”.
“En mi caso –contó– todavía no lo cobro el Ingreso Familiar de Emergencia, pero accedí. Los fletes están bastantes parados porque la gente está quieta por una cuestión económica, el flete chico de transporte de materiales y demás se mueve, pero la mudanza no”.
El valor de una mudanza en la ciudad depende de varios factores, uno con carga y descarga cuesta 1.100 o 1.200 pesos el viaje, siempre que sea en planta baja. “En San Rafael hay mucha competencia porque es una tarea simple, con una camioneta ya se puede hacer el servicio, hay mucha gente grande que trabaja de esto, normalmente es gente ya jubilada que hace esta changa”, dijo Pérez, que afirmó que estas personas, adultos mayores, “aunque sean grupo de riesgo, si necesitan trabajar le pierden el miedo (a la pandemia)”.
Como persona que por su actividad anda mucho en la calle, analizó el movimiento comercial en San Rafael y dijo que “se ve mucho movimiento a pesar de la cuarentena, está casi normal. El movimiento comercial está tranquilo, lo que es ventas parece que no son tantas como en otros meses, se ve muy paralizado el comercio, la gente igual sigue circulando”.