Dos periodistas españoles y un irlandés que presidía una fundación para la defensa de la vida silvestre fueron asesinados en Burkina Faso, cuyo gobierno atribuyó el triple crimen a «terroristas». De hecho, un grupo yihadista vinculado con Al Qaeda reivindicó el ataque que también dejó un par de soldados heridos.
Los trabajadores de prensa, que realizaba una investigación-documental sobre caza furtiva, se desplazaban a bordo de un convoy «mixto» de camionetas y motocicletas que trasladaba también uniformados locales y civiles extranjeros (entre ellos Rory Young, director de la conservacionista Chengeta Wildlife Foundation). Cuando el lunes a la mañana transitaban cerca de la reserva natural de Pama fueron emboscados por integristas que abrieron fuego a mansalva y, además de causar las mencionadas víctimas, se llevaron armas, 12 motos, un dron y aparatos transmisores y receptores de frecuencia.
Los colegas ibéricos fueron identificados como David Beriain y Roberto Fraile, de 44 y 47 años, respectivamente. A ambos los homenajeó el Jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez: «Nuestro reconocimiento a quienes, como ellos, desarrollan a diario un periodismo valiente y esencial desde las zonas de conflicto».
«Están en marcha operaciones de búsqueda de los agresores, que se han escondido en un bosque de la zona», se limitó a consignar el Ejército burquinés. Se trata de un área donde operan organizaciones extremistas, los cazadores furtivos y bandas delictivas que hacen del secuestro su «negocio» (5 extranjeros permanecen desaparecidos en la peligrosa región, que limita con Benin).
JORNADA NEGRA
Reporteros Sin Fronteras habló de un día negro para una profesión «que dignificaban» los fallecidos, los dos «muy admirados y queridos».
«Urgimos que gobiernos y Naciones Unidas refuercen la protección a periodistas. El periodismo de investigación es fundamental para dar a conocer hechos que se quieren ocultar», planteó la entidad. En la misma línea, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) condenó lo sucedido y exigió una investigación que permita encontrar a los responsables y sentarlos en el banquillo de los acusados
BALA PERDIDA
La violencia armada en Estados Unidos alcanzó ribetes insólitamente trágicos cuando una bala perdida mató a una trabajadora de prensa de 24 años que estaba dentro de su casa. El disparó se cobró la vida de la movilera radial Aviva Okeson-Haberman, cuya muerte es investigada por la policía.