La investigación colaborativa entre la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), la empresa Aguas Mendocinas (Aysam) y el Ministerio de Salud está muy cerca de arribar a los primeros resultados para establecer el hallazgo de restos del ácido desoxirribonucleico (ADN) del SARS-Cov-2 en las aguas residuales del Gran Mendoza.
El proyecto tiene como objetivo prevenir futuros focos de contagio en la provincia y encierra una fuerte expectativa teniendo en cuenta los picos de casos en los últimos meses y la saturación del sistema sanitario.
Desde hace más de un mes, personal de Aysam está abocado a la toma de muestras en las plantas de tratamiento cloacal de Campo Espejo y Paramillo con la tecnología de punta del laboratorio de la calidad del agua y éstas son la materia prima y el insumo fundamental de la tarea investigativa del equipo de Ciencias Médicas de la UNCuyo.
El jefe del laboratorio de Control y Calidad del Agua del Aysam, Adolfo Catapano, explicó que el rastreo de restos del ARN del virus, empieza con la utilización de un equipo especial para la toma automatizada de las muestras.
“Este aparato que nosotros le llamamos cariñosamente ‘ el marciano’ o ‘el petiso’, se inserta en la boca de registro de las cloacas y en su interior se van llenando las botellas con las muestras que se van a analizar en el laboratorio de la UNCuyo”, precisó.
Por su parte, el titular de Aysam, Alejandro Gallego, agregó que además de proveer este insumo, la compañía también suministrará los reactivos para la detección de rastros de fragmentos de coronavirus y la compra ya está en trámite.
Aysam realizó una inversión de 200 mil pesos en reactivos.
Una vez que las botellas llegan al laboratorio la Facultad de Ciencias Médicas, los técnicos se encargan de desactivar todos los microorganismos y filtran el líquido hasta que se convierte en una película de grasa para acercar el microscopio sobre ella.
El trabajo de la Universidad
El docente e investigador de la Facultad de Ciencias Médicas, Israel Vega, detalló que el equipo ya cuenta con la técnica puesta a punto como para empezar a realizar los PCR en las muestras.
“Una vez que las muestras llegan al laboratorio inactivamos todo tipo de virus y bacterias con calor y se le agregan sustancias precipitantes para que decante y el producto final es una pequeña porción como una grasa que se analizará a través de los reactivos”, señaló.
Lo que se analiza es el RNA, fragmentos del virus, porque antes de llegar a las cloacas en los domicilios se desactiva con el jabón y con el cloro con el que se hace la limpieza en los hogares.
«Con una porción muy específica del virus vamos a ser el PCR. La idea de este trabajo es tomarlo como una herramienta epidemiológica que en un futuro nos permitirá tomar otras cuencas de registro e ir acotando los lugares donde se puede aislar a la población ante la presencia del COVID 19″, manifestó el especialista.
Ciencia al servicio de la Salud
Frente a la dificultad para disponer de reactivos en el país, se estima que los análisis en las muestras se realizarán en un mes y de allí se hará un seguimiento sistemático de las dos plantas que reciben desechos del Gran Mendoza. A futuro, la intención es que se replique la experiencia en toda la provincia.
Fuente: El Sol
