El papa emérito Benedicto XVI, de 95 años, continuaba en «grave» estado tras el deterioro de su salud registrado en las últimas horas, aunque estaba «lúcido», informó hoy el Vaticano.
«El Papa emérito logró descansar bien anoche, se encuentra absolutamente lúcido y alerta y hoy, aunque su estado sigue siendo grave, la situación es actualmente estable», dijo el director de la oficina de Prensa de la Santa Sede Matteo Bruni en un comunicado.
«El papa Francisco renueva su invitación a orar por él y acompañarlo en estas horas difíciles», agregó Bruni.
Joseph Ratzinger tuvo en las últimas horas un «agravamiento» de su salud, informó el miércoles el Vaticano en un comunicado, luego de que Francisco pidiera oraciones por su predecesor al recordar que «está muy enfermo».
El pontífice argentino lo visitó ayer tras la audiencia general, dio a conocer la Santa Sede luego.
La última foto pública del Papa emérito es del 1 de diciembre, cuando recibió a los ganadores de un Premio de Teología. Su última actividad oficial había sido el 27 de agosto, cuando recibió a los nuevos cardenales creados por Francisco.
Ratzinger, nacido en Alemania, en la ciudad bávara de Marktl en 1927, había sido elegido el pontífice número 265 de la Iglesia en 2005.
Renunció el 28 de febrero de 2013, dando lugar al cónclave que eligió a Bergoglio como el primer papa latinoamericano, el 13 de marzo de ese año.
Recluido desde su renuncia en el monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines vaticanos, Ratzinger se mantiene acompañado por su secretario personal, Georg Gaenswein.
Con su salud definida como «una vela que está por apagarse» desde hace años, Ratzinger salió del Vaticano por última vez en 2020, cuando viajó a Alemania a despedirse de su hermano Georg, quien falleció poco después.
