Brasil autorizó la importación de almendras de Mendoza y otras cinco provincias argentinas

Hace unos días, se conoció la noticia de que Brasil autorizó por primera vez la importación de almendras provenientes de la Argentina. Esta decisión beneficiará directamente a los productores de Mendoza, ya que se abre un nuevo mercado para la exportación. La decisión fue tomada por los equipos técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería brasileño (MAPA, por sus siglas en portugués), y publicada en el Diario Oficial de la Unión el pasado 2 de enero. En Argentina hay 2730 hectáreas de almendros, de ese total 2311 pertenecen a la provincia de Mendoza. Este fruto se cultiva en todos los oasis, pero sobre todo en Valle de Uco, el norte y el este provincial. También se produce en Neuquén, Río Negro, Córdoba, San Luis y San Juan. «Este es el resultado de distintas gestiones que se vienen realizando desde hace bastante tiempo, el mercado de Almendras en Argentina es deficitario. Eso significa que consumimos más de lo que producimos, por lo tanto, el mercado interno siempre demanda almendras del resto de los países que producen en el mundo. No obstante, y más allá de este contexto, hay temporadas en las que se dan oportunidades de exportación. De hecho, años atrás hubo exportaciones con otro balance de divisas», declaró a FM Vos 94.5 el coordinador de la Asociación de Frutos secos de la provincia de Mendoza, Manuel Viera. Luego, describió el tipo de fruto que se produce en la provincia de Mendoza. «En Argentina se produce históricamente en variedad de cáscara blanda y una proporción creciente en variedades de cáscara dura, tipo española. En nuestra región, cada vez estamos más volcados a cultivar esta última clase de fruto. La variedad de cáscara dura tiene floraciones más tardías, entonces se evita el daño de las heladas. El clima nos condiciona bastante en comparación con los principales países productores como España, Estados Unidos y Chile. A su vez, el factor climático encarece nuestros costos de producción», aseguró. «Además de todas estas cuestiones, tenemos el inconveniente de la plaga de cotorras argentinas que producen un daño importante en los cultivos. Se trata de un problema ecológico complejo, es una especie nativa. Es un ave muy inteligente que tiene la capacidad de adaptarse y sobrevivir a las adversidades. Este tema escapa a los productores. No lo podemos solucionar solos. En ese sentido es que se ha planteado una mesa de trabajo con los municipios y el gobierno provincial. Si bien hay que respetar la presencia de esta plaga y su equilibrio en la naturaleza, se debe evitar el perjuicio que ocasionan en los cultivos. El daño que causan es mayor en las plantaciones de cáscara blanda. En el caso de las variedades de cáscaras duras, el daño solo llega a alcanzar el 10 %, es poco si se compara con una helada que puede arrasar hasta con el 80 % de la producción», añadió. Dentro de ese marco explicativo, comentó que los costos de producción son más elevados y que esta cuestión los perjudica en lo que refiere a la competencia del mercado externo. «Es más difícil producir acá que en otros países, por lo tanto, si queremos exportar a Brasil se tiene que dar algún tipo de negocio mediante el cual se reconozca la calidad del producto argentino. Se debe ajustar el tema de la logística y los precios de exportación. Los países competidores tienen superávit de producción y mucha eficiencia. Ellos pueden ofrecer valores muchos más bajos que los nuestros. En otras épocas, cuando había políticas de importaciones más accesibles, el sector se manejó dentro de un equilibrio donde se debía vender en el mercado interno a cinco dólares para competir con el producto importado que ingresaba al país. Hoy esa importación se restringió y los precios del mercado interno superan los seis dólares. En el mercado internacional el precio se estacionó en los cincos dólares, por ello por el momento no es conveniente exportar», argumentó Viera. Sobre el final de la nota, se refirió a la producción en general de los frutos secos y las expectativas que tiene el sector de cara al futuro. «Si bien el invierno ha sido benévolo en cuanto a las heladas, hay plantas que necesitan del frío para tener una buena floración. En la época invernal las temperaturas han sido más elevadas y como consecuencia las floraciones han sido desparejas. Digamos que las flores se cayeron y no hubo cuaje. En muchas zonas tuvimos problemas. También, nos perjudicó mucho la ocurrencia a menudo del viento Zonda. Esta temporada habrá una merma importante en algunos frutos, entre los cuales se encuentra la almendra. Los vientos también azotaron a los nogales, ese sector productivo está complicado», concluyó.