Continúa el malestar por la decisión de la bodega Peñaflor de importar 5 millones de litros de vino a granel

En medio de la flexibilización de las importaciones aplicada por el gobierno de Javier Milei, el Grupo Peñaflor decidió comprar 5 millones de litros de vino a granel provenientes de Chile.
La medida generó polémica en algunos actores del sector, que acusan a Peñaflor de intentar influir en el precio del producto en medio de la vendimia, a partir de su condición dominante en la industria.
Sergio Villanueva, histórico gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, en diálogo con FM Vos 94.5, alertó sobre las consecuencias negativas que tendrá esta determinación sobre la relación entre las bodegas y los productores.
«Lo primero que hay que destacar es que no hay ninguna barrera legal o formal que impida importar vino. Lo importan desde Chile porque es miembro del Mercosur y el arancel a pagar es cero. Además, el país trasandino tiene un excedente de un año en vinos tintos. Lo que sucede que a esta altura del partido y con una cosecha bastante evolucionada esto repercute negativamente en el productor. Si todo pasa por un tema de precios, nos vamos a convertir en los importadores de los excedentes del vino en el mundo», advirtió de entrada Sergio Villanueva.
«La vitivinicultura siempre trabaja por el equilibrio. El excedente destruye los precios y afecta considerablemente a los productores. Se hace todo un trabajo colectivo. El volumen que van a importar no rompe el equilibrio de producción, se trata más bien de una cuestión conceptual. Es una consecuencia de una política permanente. Este tipo de empresas no quieren sentarse a la mesa. No se reúnen como uno más de la comunidad vitivinícola. Esto le da todo un aspecto negativo con respecto a la agenda y la organización del sector. Tienen otra concepción sobre el tema, en las mesas de negociaciones se presentan como una empresa y no una entidad. Quieren imponer sus condiciones. Hoy el sector está tercerizado por grandes empresas que tiene una visión diferente. Para estos grupos el productor es un insumo más», apuntó Villanueva.
Luego, opinó que desde el punto de vista legal la decisión de Peñaflor es inobjetable. «En lo que respecta a lo legal y lo económico no podemos opinar nada. Estamos hablando de una decisión particular de una empresa y está en todo su derecho de poder hacerlo. El problema es más bien ético y marca un punto de inflexión en la relación entre las bodegas y los productores», sostuvo.
Por otra parte, habló acerca de cómo puede repercutir esta importación en el precio del producto. «Lo que han hecho es advertir: ‘Si suben los precios importamos’. Es como plantear un esquema de negociación sin negociar», ejemplificó el gerente de la Unión Vitivinícola.
«Hoy los productores no tienen alternativas. Están recibiendo facturas de electricidad con importes brutales. La decisión de Peñaflor cayó mal», añadió.
Sobre el final de la comunicación, hizo un análisis de la cosecha y su incidencia en la producción. «Todavía falta un poco. Estamos en la semana 17. Al parecer, la cosecha no alcanzará el volumen del pronóstico de hace unos meses. De todas formas, estamos hablando de un volumen equilibrado. La diversificación en otros productos para exportar como el mosto ha sido razonable. La problemática radica en los aumentos de los costos y el mercado. La recesión se profundizó en marzo, cayó visiblemente el consumo en el mercado interno. Si se exporta poco y no se vende vino en el país el equilibrio se rompe», concluyó.