Durante los meses de frío, heladas y nevadas, manejar en la ruta se vuelve una responsabilidad más compleja, que lleva a los conductores a potenciar los cuidados, y a tener en cuenta la compra de un vehículo 4×4 que se adapte a esas condiciones de los caminos si viven en zonas frías o suelen irse de vacaciones a la cordillera o a la zona de Las Leñas.
Las malas condiciones climáticas hacen que el vehículo sea resbaladizo y te pueda hacer pasar un mal momento. La tracción es vital, por eso es bueno elegir un vehículo 4×4 que esté preparado para ser conducido en estas condiciones, por lo que te ayudamos a ver una lista con los autos que mejor se adaptan a la nieve.
¿Cuál es la mejor tracción para la nieve?
La tracción que mejor se adapta a las condiciones de manejo sobre nieve es la tracción total, para acomodar el tipo de conducción e ir adquiriendo experiencia. La tracción en las cuatro ruedas, o AWD (All Wheel Drive), y la tracción 4WD proporcionan potencia a las cuatro ruedas, pero la AWD puede dirigir la potencia entre todas las ruedas o solo entre las delanteras, creando una tracción más eficiente.
En condiciones de manejo que no involucran lluvia, hielo o nieve, los vehículos AWD envían del 80 al 100% de la potencia total del vehículo al eje delantero o trasero. Pero en condiciones resbaladizas, la potencia se asigna automáticamente a las ruedas individuales para permitir una tracción y un rendimiento óptimos.
Esto es muy útil al momento de maniobrar para salir de un lugar de estacionamiento cubierto de nieve o cuando circula por calles que están cubiertas de nieve fresca o no tan fresca.
En comparación con un vehículo con tracción trasera, los FWD (Front Wheel Drive, tracción delantera en inglés), tienen una ventaja significativa cuando se conduce sobre nieve y hielo porque la mayor parte del peso del vehículo descansa sobre las dos ruedas delanteras, que también impulsan el vehículo hacia adelante.
¿Qué autos son mejores para la nieve?
Los mejores autos para la nieve son los 4X4. El Toyota Land Cruiser es un vehículo que suele intervenir cuando hay copiosas nevadas, tanto para remolcar otros coches como para rescatar a conductores atrapados.
Jeep Compass también es sinónimo de coche ideal para la nieve. El Land Rover Defender es otro coche clásico. Un utilitario refinado que se ofrece con motores de hasta 400 CV que le otorgan un gran poderío para desplazarse en cualquier tipo de superficie. Las pick-ups también son para la nieve, como el Ford Ranger, un vehículo que sirve para todo.
Hay 4×4 como el Suzuki Jimny (mide sólo 3,7 m de largo y 1,6 m de ancho) que evidencian que los pequeños auto también son ideales. El Fiat Panda 4×4 es un coche nacido para circular por la nieve.
La marca japonesa Subaru equipa en prácticamente toda su gama la tracción integral Symmetrical All-Wheel Drive (AWD) que ayuda a superar todos los obstáculos. Es el caso de los Subaru XV, Subaru Forester o Subaru Outback.
La marca alemana Audi tiene uno de los sistemas de tracción integral más reconocidos: Quattro. Su introducción hace décadas supuso una auténtica revolución, tanto en los coches de carretera como en el mundo de la competición.
¿Cómo conducir un 4X4 en la nieve?
En una superficie con nieve, tanto para los vehículos con tracción simple como para las 4×4 es recomendable el uso de cadenas o neumáticos especiales con clavos.
Cuando la ruta se presenta con un manto fino de nieve, de unos 10 a 30 centímetros, es cuando más cuidado se debe tener, porque al pisar el manto de nieve se genera una capa compacta de hielo. Siempre utilizar la caja de transferencia en 4×4, mantener el control de estabilidad conectado y circular a muy baja velocidad.
En una ruta nevada (entre los 40 cm y 1 m de altura) siempre se debe circular a baja velocidad, ya que de esa manera se puede romper la capa superficial sin correr riesgo de quedar colgados. Cuando no se puede avanzar más porque se juntó mucha nieve delante del vehículo, se debe volver para atrás y comenzar nuevamente a topar la nieve.
Cuando hay mucha nieve, solo podrán circular 4×4 con caja de transferencia con alta y baja, y con neumáticos adecuados. La técnica es bajar lo más que se pueda la presión de inflado de los neumáticos. Colocar la caja de transferencia en baja y la caja de cambios en primera marcha. La velocidad debe ser muy lenta (no superar los 10 o 12 km/h) y siempre en primera de baja.
¿Cómo proteger el coche de la nieve?
- Calentar el motor: al subirse al auto, conviene calentar el motor durante unos minutos sin poner primera, para que el vehículo empiece a tomar temperatura.
- Cuidar el limpiaparabrisas: lo primero que sufre el frío son las escobillas de los limpiaparabrisas. Hay que hacer una verificación periódica y su reemplazo si es necesario. Se puede colocar una capa delgada de corcho entre el parabrisas y las gomas para que no se adhiera al cristal.
- No reemplazar el anticongelante por agua: aunque ante una emergencia no ocurrirá nada grave, repetir esta práctica puede tener efectos negativos en el vehículo.
- Revisar la batería: lo ideal es reemplazarla o darle una carga para que esté al 100%. Además, es crucial fijarse que no tenga corrosión o cables en mal estado.
- Verificar el estado de los neumáticos: las bajas temperaturas dañan la goma de las llantas, afectan la presión y pueden volverlas más quebradizas.
- Proteger el parabrisas de las heladas: si se formó una capa de hielo, hay que removerla con cuidado. Se recomienda encender la calefacción del auto y orientar el flujo del aire hacia el parabrisas. Un paño con un poco de alcohol también ayuda a limpiar el cristal.
Fuente y fotos: La Mañana de Neuquén.
