Las nevadas son un recurso vital para la provincia de Mendoza que hace años transita una emergencia hídrica. Los últimos fuertes temporales de nieve que se desataron en alta montaña hacen pensar que quizás, está situación pueda comenzar a revertirse, aunque sea de forma paulatina en los próximos meses.
Por eso, para conocer a ciencia cierta cómo impactará este fenómeno y cuál puede ser el verdadero alcance de estas precipitaciones níveas, la emisora radial FM Vos 94.5 y Diario San Rafael entrevistaron a Leandro Cara, quien es Becario doctoral del IANIGLA-CONICET, y que se desempeña en el Observatorio de nieve de los Andes de Argentina y Chile.
«Las precipitaciones que tuvimos durante esta temporada realmente resultan extraordinarias en el marco de la última década. Estos eventos habían sido bastante escasos en el pasado cercano. Incluso, desde el 2010 venimos atravesando la sequía más extensa y continua de todo registro histórico que hayamos tenido. No obstante, ya desde el año pasado pudimos observar que las condiciones del océano Pacífico venían cambiando y que durante este 2023 se produciría El Niño. Finalmente, en el mes de marzo y abril se confirmó que iba a haber nevadas tardías en la provincia. Comenzamos con las precipitaciones en julio cuando ingresó un frente grande de una masa húmeda que penetra por el Pacífico. Los primeros eventos estuvieron vinculados con lluvias que originaron algunos problemas, más que nada del lado chileno», comenzó explicando Leandro Cara.
«Luego, en agosto y septiembre ya tuvimos nevadas grandes, que han dejado una buena cantidad acumulada en la cordillera del sector mendocino, especialmente de forma más marcada en el sur de Mendoza. Es decir que el temporal fue perdiendo fuerza sobre el norte, por este motivo la cuenca del río Mendoza tiene una buena cantidad de nieve, pero las cuencas que concentran una mayor cantidad son las del río Colorado, Malargüe, Atuel y Diamante», agregó.
Después, en esa misma línea comentó cuáles son las perspectivas de cara al futuro en relación al recurso hídrico. «La cantidad de nieve que hay actualmente no va a llegar a cubrir el déficit que se viene sufriendo desde hace 10 años. Aunque este año los caudales de los ríos van a estar en algunos casos por encima del promedio histórico, hemos perdido mucha masa glaciar en los últimos años. Los mismos van a seguir retrocediendo, más allá de que alguno pueda recuperar algo de masa. Hay que tener en cuenta que no solo influye la falta de nieve, sino también las altas temperaturas en altura, que están relacionadas con el cambio climático. Esta última variable lamentablemente no se va a revertir a futuro. Analizando todos estos factores, lo que nosotros decimos es que no se ha terminado la sequía, sino que se ha interrumpido» remarcó Cara en torno a esta situación.
Más adelante, continuó hablando sobre los glaciares y especificó el estado de los mismos en la provincia de Mendoza. «La situación es similar a la del resto del mundo, están retrocediendo. Por las bajas precipitaciones de los últimos años, como dije recién, han perdido masa significativamente», aseguró el becario doctoral.
Para terminar, hizo una proyección acerca de si habrá más temporales en la cordillera durante lo que resta del invierno y parte de la primavera. “Lo más lógico es que estos eventos vayan perdiendo fuerza, es probable que siga habiendo nevadas en el mes de septiembre, pero con menor intensidad. Luego, pueden entrar más frentes fríos, aunque en forma de lluvia. Es difícil que se repita a esta altura del año un fenómeno como el que tuvo lugar en agosto. Por más que llueva o nieve, al agua hay que cuidarla siempre», concluyó.
