Continúa la búsqueda desesperada para dar con el paradero de José Gabriel Ferreyra, el marinero que cayó al agua en Chubut el sábado por la mañana y todavía no fue encontrado. A medida que pasan las horas, bajan las posibilidades de rescatarlo con vida y un trágico antecedente juega en contra de las esperanzas de la familia.
Es que en el buque “Nuevo Viento”, el mismo del que cayó Ferreyra entre las 6 de la mañana y las 13.30 del sábado, se dio un episodio similar en marzo de 2020 cuando navegaba a 45 millas al sur de Necochea.
El 7 de marzo de 2020, Matías Luri trabajaba como maquinista del barco y había partido del puerto de Quequén. De acuerdo con los testimonios de los testigos, Luri se cayó accidentalmente al agua a eso de las 9 de la noche de ese día.
Sus compañeros notaron la ausencia de Matías alrededor de las 9.20 y dieron aviso al capitán, que retrocedió el curso del buque e intentó realizar la misma ruta por la que habían ido anteriormente. También comenzaron la búsqueda por radar y GPS, pero no se arrojaron resultados positivos.
Los marineros dieron aviso a las autoridades y se montó un operativo de búsqueda que duró prácticamente un mes: personal especializado de la Prefectura participó con la colaboración de los pesqueros que navegaban el área e incluso se inició una búsqueda aérea.
El 6 de agosto la búsqueda se terminó debido a que la Prefectura de Mar del Plata consideró que la probabilidad de supervivencia era nula y que se habían cubierto todas las áreas de búsqueda razonables y probables.
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Graciela Scalise, expareja y madre de los hijos de José Gabriel Ferreyra, recordó ese caso y señaló que lo que pasó esta vez fue en las mismas circunstancias. “Lo fueron a buscar para cenar y no lo encontraban”, comparó con lo que pasó con el marinero desaparecido pero en la hora del almuerzo.
Con respecto al caso de su exmarido, Scalise expresó: “No sabemos en qué circunstancias desapareció hasta que la tripulación no vuelva al puerto y le tomen declaraciones. Lo que se sabe es que cuando se percataron de la situación volvieron a retomar la ruta que venían haciendo, pero hasta el momento no se sabe”.
“Tengo entendido que no eran las condiciones óptimas del mar. La embarcación es un pesquero chico. Cada minuto que pasa es cada vez peor, tenemos la esperanza de encontrarlo. Toda la búsqueda es visual, no se tiran redes para saber si está más abajo. Estimo que tendrían que hacerlo para encontrarlo”, reclamó en diálogo con TN.
En ese sentido, describió el dolor que vive la familia: “Espero hacer lo posible para encontrarlo y para que sus hijos puedan saber qué pasó con su papá. Estamos rotos, no tenemos consuelo. Tenemos dos hijos, José tiene 14 y Noah tiene 8, y necesitamos que esta búsqueda continúe”.
Fuente: TN
