Durante los últimos meses, los criterios para pasar de grado (en primaria) y de año (en secundaria), han sido noticia pues varias provincias del país han facilitado los parámetros, a fin de definir la promoción de los estudiantes y evitar una ola de repitencia.
Provincias como Formosa, Santa Fe o Entre Ríos han desarrollado esta política. No obstante, los indicadores de paso de curso muestran una mejora sostenida desde antes de la pandemia, lo que hace suponer que puede haber un avance que representa mejoras del sistema, o simplificación de los aprendizajes.
El docente y especialista en gestión educativa Flavio Buccino, autor del informe, explicó a través de FM Vos (94.5) y de Diario San Rafael que “lo que está ocurriendo en Argentina viene desde antes de la pandemia”. “El informe marca que está subiendo la tasa de promoción de chicos que pasan de grado, desde el 2011 en adelante excepto dos provincias y en dos niveles, todas las demás subieron su tasa de promoción”, dijo y añadió que ahí es donde deben hacerse diferenciaciones, entre lo cuantitativo a lo cualitativo, pues “nos encontramos dos modelos en Argentina: uno bien marcado que tiene que ver con acciones políticas y decisiones de parte de los ministerios de Educación de cada provincia, para llevar adelante una tarea de apoyo, acompañamiento y seguimiento de los aprendizajes de los chicos”.
En virtud de eso, se toman medidas para que aprendan más. En ese contexto, hay provincias que han subido aquella tasa de promoción. “El otro modelo que hemos discutido durante la pandemia y hay provincias que tomaron decisiones fuertes en términos administrativos, con la decisión de flexibilizar administrativamente y desde una resolución ministerial, los criterios por los cuales los chicos tienen que pasar de año”, señaló.
Críticamente, en una provincia como Formosa “es muy fuerte la flexibilización y termina siendo como que el chico haga dos años en uno”. Increíblemente, no se les dan a los alumnos políticas de apoyo, por lo que es como si se dijera “pasan todos, vemos cómo hacemos y que aprueben como puedan”.
En el caso de Mendoza –aseguró el especialista– “es una de las provincias que mejor han trabajado en este sentido, ya que busca obtener información personalizada de cada chico (la biografía escolar de cada uno, así como una historia clínica) y a partir de eso tener decisiones sobre cada quien”.
En definitiva, la decisión es que cada uno mejore individualmente. “El problema no es si el chico repite o no repite, sino en cómo conceptualizamos el problema del fracaso, si es del chico, si el fracaso es del docente o de la escuela, si el fracaso es del sistema educativo, si es un fracaso a nivel generalizado en términos sociales (si tiene un poco de todo)”, aclaró y añadió que “a partir de eso, los ministerios lo que tienen que hacer es obtener información, detección temprana de los problemas y acciones concretas y específicas, para que cada uno de esos chicos que tienen inconvenientes en el aprendizaje puedan ser apoyados, ayudados a lo largo de su carrera escolar”.
Los niños son parte de una sociedad que no cumple normas que se aprueban permanentemente y eso seguramente es parte de todo esto, pues se trata de una realidad que repercute en las escuelas. De allí la importancia de mejorar como sociedad para poder exigirle al sistema educativo.
