Educación, políticas públicas y familia

La educación es esencial para el desarrollo de una comunidad. Eso está claro. Sin embargo, en los procesos formales que las comunidades implementan y protagonizan para lograr una educación más completa, efectiva y fructífera, las opiniones y las decisiones suelen variar. De hecho, Argentina es una clara muestra de cómo los procesos educativos no siempre han estado dentro de las denominadas “políticas de Estado” y han ido variando de acuerdo al criterio de los gobernantes de turno. Esos cambios, casi permanentes, no solo son perjudiciales porque sus protagonistas no alcanzan a adaptarse a un sistema cuando el mismo es modificado sino que, además, los resultados parecen demostrar que no hemos ido en el camino de la evolución, al menos de la forma pretendida.
Pero más allá de las decisiones oficiales, la comunidad civil también debe comprender que es necesario un mayor involucramiento de los padres en el proceso educativo del cual participan sus hijos. Como señala la Unesco, los primeros educadores de los niños son los padres y madres y por lo tanto, el espacio de aprendizaje por excelencia es el hogar, seguido del barrio y la ciudad. Los especialistas observan que, en todo caso, la escuela lo que hace es continuar y fortalecer con su conocimiento especializado lo que la familia ha iniciado ya en la casa.
Algunos estudios sugieren que una vinculación óptima entre las familias y la escuela puede contribuir al desarrollo de habilidades y la adquisición de nuevos conocimientos por parte de los niños, más allá del nivel educacional que tengan los padres. Por eso, resulta necesario que el sistema educativo aliente propuestas e iniciativas que sumen a los padres a la comunidad escolar facilitándoles información y abriéndoles las puertas de la escuela. Es imprescindible, además, que en ese sentido se recupere el rol de la educación como elemento de inclusión, aunque debe reconocerse que ese objetivo está más allá de los esfuerzos que puedan hacer los distintos actores del sistema educativo, en un país donde muchas familias han quedado al margen de casi todo.