Días atrás se dio a conocer el pronóstico de los caudales de los ríos para la próxima temporada en Mendoza y los números aportados por el departamento General de Irrigación marcan que -como ya es habitual en los últimos años- el agua no abundará en el territorio provincial, mientras que en el sur se auguran temporadas secas para los principales caudales.
Diario San Rafael pudo acceder a los números finos del informe que muestran que el escurrimiento de las cuencas del Atuel y el Diamante estarán entre un 40 y un 50% menos que en una temporada promedio.
Los datos marcan que -durante lo que queda de 2021 y lo que será 2022- no se podrá ver un gran caudal de agua escurriendo por los cauces de los ríos.
La situación más baja se dará en el Río Diamante. Es que el promedio anual de escurrimiento medio se encuentra en 31.9 metros cúbicos por segundo y para esta temporada que comienza se estiman apenas 15,2.
De esta manera solo escurrirá un 47,6% de agua (menos de la mitad) de lo que suele suceder en una temporada media en la cuenca, lo que marca que la caída de ingresos del vital elemento al sistema estará en un 52,4% menos.
En la cuenca del Atuel la situación es un poco más benevolente pero igual con parámetros mucho menores a un año medio. Los registros de irrigación marcan que los números promedios de esta cuenca llegan a 34,9 metros cúbicos por segundo, mientras que el de este año se ubicará en 20,9.
De esta manera escurrirá el 59,8% del promedio de agua en una temporada media en la cuenca, y el sistema tendrá un 40,2% de agua disponible para riego.
En ambas cuencas el agua disponible estará incluso por debajo de la temporada 2020/2021 donde el recurso fue bastante escaso.
La situación es preocupante teniendo en cuenta que hace 13 años que el Río Atuel no tiene un año donde se llegue a parámetros medios (el último en 2008), mientras que el Diamante cumplió 12 sin llegar a esa meta (el último en 2009).