El bullicio de Roma se redujo a un susurro y los policías italianos debutaron este martes en una inusual tarea: protegidos por barbijos, controlan que en cafés y restaurantes, la gente permanezca separada por al menos un metro de distancia, a la vez que vigilan que estos locales gastronómicos cierren a las 18 (deben abrir a las 6 y no pueden funcionar los fines de semana), dos de las medidas incluidas en el decreto que amplió la cuarentena a todo el país alrededor del cual algunos de sus vecinos, como por ejemplo Austria y Eslovenia han levantando una suerte de cortina de hierro al clausurar las fronteras con la nación que tiene la mayor cantidad de enfermos de coronavirus después de China: 10.149, mientras el número de fallecidos trepó a 631 (el anterior reporte los cifraba en 463).
Luego de que Viena le comunicara, sin consulta previa, la drástica decisión a la embajada italiana, Malta -una cuarta persona dio positivo en la isla-, Albania, España y Dinamarca cancelaron todas sus conexiones aéreas y marítimas con la Península.
El aislamiento dispuesto por el Ejecutivo de Giusepe Conte prevé que hasta el próximo 3 de abril no abrirán cines, teatros, gimnasios, centros termales, instituciones culturales y recreativas, pistas de esquí, museos, sitios arqueológicos, bingos y discotecas, además de no poder celebrarse casamientos ni funerales. Los lugares de culto solo pueden recibir feligreses si garantizan la distancia de al menos un metro de separación entre ellos. Sí operan con normalidad los almacenes y farmacias, aunque el gobernador de Lombardía, Atilio Fontana, le pidió al premier que endurezca más las restricciones, ampliando el cierre a negocios no indispensables y al transporte público.
POSTALES INEDITAS
Para evitar las aglomeraciones, también fueron cerrados los monumentos más célebres de la capital, como la icónica Fontana de Trevi, el área peatonal del Teatro de Marcelo y el Coliseo, entre otros.
«La gente está aterrorizada, nunca he visto algo así», describió el empleado de una feria.
A QUEDARSE EN CASA
Los ciudadanos pueden moverse solamente por «comprobadas exigencias laborales o situaciones de necesidad y traslados por motivos de salud». Quien tenga más de 37,5 de fiebre debe quedarse en su casa. Aquel que mienta corre el riesgo de penalizaciones que van hasta el arresto.
Paralelamente, las autoridades recomendaron a los empleadores públicos y privados que se tomen vacaciones o licencias.
MANCHA VENENOSA
Marruecos suspendió todos los vuelos desde y hacia Italia. Lo propio hicieron múltiples compañías, entre las que figuran British Airways, Ryanair, Air France, EasyJet, Wizz Air, Delta y Air Canada.
Tal situación desencadenó la ira del canciller Luigi Di Maio: «En el futuro recordaremos a todos los países que han estado cerca de nosotros en este momento».
Seguramente no estará en esa nómina Dinamarca, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Erik Broegger Rasmussen, envió un lapidario mensaje: «Sálganse ya del norte de Italia».
