Miriam Ferreyra (70 años), una piloto comercial de aviones originaria de San Rafael compartió su asombrosa historia de determinación y coraje, un sueño que terminó por convertirse en realidad y la llenó de orgullo.
“Esto era un sueño de juventud, yo quería ser piloto” comenzó su historia Miriam en declaraciones a Diario San Rafael y FM Vos 94.5. Sin embargo, “no se dieron las circunstancias en aquel momento y transcurrida la vida, mis hijos hicieron la suya, se recibieron, así que un día decidí cumplir mis sueños”, reveló.
Nacida y criada en San Rafael, Miriam nunca perdió de vista su pasión por volar. Aunque la vida la llevó por diferentes caminos, siempre mantuvo viva la llama de su sueño de juventud. “Mis sueños propios. Sí, cosa que habitualmente los padres y sobre todo las madres, postergan muchas veces por, bueno, por la crianza de los hijos, naturalmente”, comenta con una sonrisa nostálgica.
Fue a los 61 años, casi 62, cuando Miriam decidió dar el primer paso hacia su sueño, inscribiéndose en el curso de piloto. “Me recibí de piloto privado a los 63 años. Siempre en el Aeroclub San Rafael”, compartió con orgullo.
El proceso de convertirse en piloto comercial no fue fácil. Miriam enfrentó desafíos y obstáculos en el camino, pero su determinación nunca vaciló. “Eso varía de una persona a otra. El curso de piloto privado lleva dos años”, detalló sobre los años de estudio y práctica que la llevaron a alcanzar su objetivo.
Finalmente, después de años de arduo trabajo y dedicación, Miriam logró su objetivo. “Sí, fue una navegación hasta Bahía Blanca, pasando por varios pueblos de La Pampa, de Provincia de Buenos Aires y después volvimos por Bahía Blanca a Neuquén, Neuquén-San Rafael y fue la navegación más lejana que he hecho”, relató con emoción sobre su experiencia más distante en el cielo.
Pero la historia de Miriam va más allá de los logros individuales. Es un testimonio inspirador de que nunca es demasiado tarde para perseguir tus sueños y desafiar las expectativas sociales. Su valentía y determinación son un recordatorio poderoso de que el cielo es el límite cuando se trata de alcanzar nuestras metas más grandes.
“No, gracias a Dios no”, respondió humildemente cuando se le pregunta sobre si ha enfrentado situaciones difíciles en el aire. Aunque no ha tenido problemas graves, su actitud vigilante y preparada demuestra su compromiso con la seguridad y el profesionalismo en su carrera.
Con cada vuelo, Miriam no solo desafió las leyes de la gravedad, sino también las limitaciones autoimpuestas de la edad y el género. “Por supuesto que las mujeres están interesadas en la aviación”, aseguró.
En un mundo donde las nubes parecen ser dominio exclusivo de unos pocos, Miriam Ferreyra ha demostrado que las barreras pueden ser derribadas y los sueños pueden hacerse realidad, independientemente de la edad o el género. Su historia es un testimonio de la capacidad humana para alcanzar nuevas alturas y encontrar la verdadera libertad en el vasto y hermoso horizonte del cielo.
