El desafío de adquirir nuevos hábitos saludables

El Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo dio a conocer, recientemente, una serie de recomendaciones para aquellos países como la Argentina en los que se empieza a flexibilizar la cuarentena, alertando que existe el riesgo cierto de que se vean nuevos picos de infecciones por Covid-19.
El informe advierte que en el nuevo escenario los ciudadanos “tendrán la difícil tarea de superar profundos sesgos de comportamiento y barreras que guían sus decisiones, las cuales, lamentablemente, se acentúan en condiciones de estrés, cansancio e incertidumbre”. En ese marco aconseja promover el uso en forma más intensiva de productos de limpieza en lugares comunes o públicos; cumplir los límites de capacidad en fábricas, estadios, restaurantes y transporte público, entre otros; promover el trabajo en forma remota, por turnos o con horarios desfasados; adoptar nuevas tecnologías para facilitar la identificación de casos positivos de la enfermedad y compartir información privada (síntomas, contactos) relevante para que las autoridades puedan informar sus decisiones de política sanitaria.
La inmensa mayoría de los estudiosos de la pandemia asegura que mientras no se produzca el hallazgo y la aplicación masiva de una vacuna que inmunice a la población, la salida gradual del confinamiento deberá estar marcada por ciertas precauciones que tendremos que seguir teniendo los seres humanos, quizás durante mucho tiempo. En ese sentido, y a medida que haya más gente en los espacios compartidos, la responsabilidad de cada uno de nosotros será crucial.
Los miedos, prejuicios y deseos influyen en las valoraciones cotidianas y en la toma de decisiones. Claro es el ejemplo de las personas que no abandonan el hábito de fumar a pesar de los consejos médicos y a toda la información que conoce sobre los efectos dañinos del tabaco sobre la salud. Por ello, las nuevas estrategias comunicacionales oficiales y privadas para promover hábitos más saludables en la ciudadanía serán sustanciales para seguir avanzando hacia la nueva normalidad sin aumentar los riesgos de contagios.