El hogar Divina Providencia de Rama Caída solicita colaboración con elementos de limpieza

En Rama Caída, sobre la calle Quiroga entre Cubillos y Ejército de los Andes, funciona el hogar Divina Providencia. Allí están alojadas mujeres y niñas que no pueden ser atendidas en sus hogares debido a diferentes problemáticas familiares y sociales, y también personas que, abandonadas por el mundo, no tienen donde vivir su ancianidad o padecen enfermedades y patologías de las que, de no existir este lugar, tal vez no tendrían otro destino que una situación de calle, aislamiento o una muerte temprana.
Hoy habitan el hogar 56 personas, atendidas por cinco monjas pertenecientes al Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, que es la rama femenina del Instituto del Verbo Encargado. También trabajan personas civiles que ayudan en la limpieza e higiene del hogar, que son remuneradas gracias a los aportes jubilatorios y pensiones de las personas que habitan el lugar, aunque solo algunas poseen ese beneficio y lamentablemente eso no alcanza para mantener el hogar.
Es así como las hermanas que están en el lugar están permanentemente en la búsqueda de recursos materiales para poder continuar con las tareas necesarias.
Desde FM Vos (94.5) y Diario San Rafael dialogamos con una de las religiosas, la hermana Sagrada Familia, que nos comentó de las necesidades de estos días: “Estamos necesitando sábanas, toallas y toallones; este material se usa mucho y se desgasta rápidamente. Hay que tener en cuenta que la cantidad de personas que están con nosotras es elevada y siempre nos están faltando cosas. Hoy por hoy las problemáticas familiares son muchas y siempre hay personas que están necesitando ingresar al hogar. También es grande el consumo de elementos de limpieza e higiene personal. Gracias a Dios la gente colabora mucho con mercaderías, siempre hay alguien que está acercándonos alimentos, pero es fundamental tener lo demás”.
Por otra parte, la religiosa nos dijo que la congregación está extendida por diversas partes del mundo. “Gracias a Dios estamos en muchos lugares: Papúa, Tanzania, España, Italia… En esos sitios generalmente se trabaja en parroquias enseñando catecismo o ayudando en las sacristías. También se trabaja en asilos; por ejemplo, en Brasil tenemos un hogar para personas discapacitadas y estamos también en monasterios. En todo este contexto lo más importante es la oración, que es la que nos sostiene y nos da fuerzas para seguir adelante”.
Quienes deseen colaborar, pueden dirigirse directamente al hogar, en Rama Caída, o llamar al teléfono 260 4053759.