El INTA confirmó que la tormenta provocó severos daños en frutos y que en algunos lugares alcanzó el 100%

La intensa tormenta de granizo, viento y agua que afectó este último jueves a una amplia zona productiva de San Rafael, provocó daños de entre el 70% y el 100% en distintos cultivos.
El fenómeno climatológico ocasionó pérdidas de diversa proporción a lo largo de su recorrido y las consecuencias para los productores pueden ser devastadoras.
El ingeniero agrónomo Hilario Lázaro, de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Rama Caída, confirmó ante los micrófonos de FM Vos 94.5 que al menos en el caso de la ciruela para deshidratar las pérdidas pueden ser prácticamente totales.
«La tormenta ha sido de una magnitud severa, más que nada por la extensión y el nivel de daño ocasionado. El fenómeno arrancó en La Cuesta de los Terneros y terminó en El Cerrito. Estamos hablando de una franja de unos 10 kilómetros. El granizo, el agua y el viento fueron las casuales de los daños sobre los cultivos», dijo Hilario Lázaro al inicio de la entrevista.
«Hay que estar atentos, porque estamos en un año húmedo (El Niño) y con abundantes precipitaciones. La parte buena de la lluvia es que trae alivio en las zonas del secano y hay más pasturas para el ganado. Lo peor es que afecta, muchas veces, sin piedad a los viñedos y frutales», agregó.
Después, explicó las consecuencias que dejó el temporal en los sectores productivos. «Con esto, lamentablemente, los productores no van a poder consumar una producción importante. Puntualmente en Cuadro Benegas y Rama Caída el porcentaje de daño en los frutales ha sido bastante intenso. Estamos hablando de afectaciones en los cultivos que rondan entre el 70 y el 100%. Después de una tormenta de esta dimensión, se vuelve imperativo cuidar el rebrote y al follaje nuevo de algunas enfermedades. Hay centrar la atención sobre la plantación para lo que viene», sostuvo Lázaro.
«Sería muy dañino que al año que viene tengamos también mermada la producción como consecuencia de un abandono completo de los lotes. Es frecuente perder la hoja temprano en el ciruelo. Hay que evitar la enfermedades de las plantaciones y los descuidos, más allá de las consecuencias que dejó la tormenta», añadió.
Más adelante, contó cómo debería comportarse el clima al menos durante las próximas semanas. «Lo mejor sería que el clima se acomode un poquito y no haya tantos periodos prolongados de agua sobre la hoja. Aparentemente tenemos unas seis o siete jornadas hacia adelante con buenas condiciones meteorológicas, aunque la nubosidad estará prácticamente presente todos los días», advirtió.
Por otra parte, el ingeniero Gabriel Nahuel, investigador en INTA Rama Caída, hizo un balance sobre el daño que produjo la tormenta en la vid. «Si bien lo primero que hay que cuantificar es el daño presente, no hay que olvidarse de los daños residuales o las secuelas fisiológicas a nivel de la planta. Dependiendo de la gravedad del daño, la planta se ve obligada a gastar recursos o energía almacenada como reserva. A esta altura del año, las yemas que son las responsables de llevar adelante la producción de la próxima temporada ya están en una instancia totalmente exponencial del ambiente. Por todo esto que ocurrió, se podría generar toda una brotación de ese material. Estamos hablando de un daño residual importante», recalcó.
Sobre el final, dejó algunos consejos sobre el tratamiento de la vid. “Los tratamientos sanitarios para acelerar los procesos de cicatrización requieren un gasto económico importante. También se recomienda en función de las posibilidades incorporar algún fertilizante como para ayudar a la generación de hojas. Hay que evitar que el tejido de las hojas se enferme. Los momentos de floración y brotación son los más sensibles a la plaga conocida como Peronóspora», completó.