Se viene una de las campañas anuales de vacunación ganadera, y para conocer detalles de ésta, desde Fm Vos (94.5) y Diario San Rafael dialogamos con Damián Carbó, titular de la Dirección Provincial de Ganadería.
“El 13 de febrero comienza la campaña a nivel nacional de vacunación de fiebre aftosa y brucelosis. Esto hay que hacerlo porque de lo contrario no se cumplen los status sanitarios, y se generan trastornos en la comercialización de los animales. La vacuna se aplica en la provincia a través de la fundación Coprosamen, y esto conlleva un costo operativo que está constituido por gastos administrativos, el valor de la dosis, y honorarios de veterinarios. Por decisión de hace ya cinco años se decidió que el clúster haga un aporte, ya que es una institución público-privada. El clúster aporta algo menos del 20% de lo que cuesta su funcionamiento y el resto lo pone la provincia. El valor de la vacuna ha quedado relativamente alto, aunque hoy no está relacionado con lo que vale el kilo de ternero. La relación entre el kilo y el costo de la vacuna siempre estuvo en valores que oscilaron entre el 0.8 y el 1.1 kilos de terneros por cada vacuna. En este contexto de inflación, donde la carne aumentó menos que el costo de las vacunas, el costo de la dosis ha quedado $648, lo cual es caro. El estado provincial ha aportado ciento cincuenta millones de pesos para tratar de que ese valor estuviera al alcance de los productores, especialmente para aquellos que más han sido afectados por la seca. La ayuda constituye una cantidad de hasta cincuenta dosis subsidiadas por productor; esto significa que el 60% de los productores de Mendoza, que son 2.146, han cubierto el 100% de sus costos de vacunación. Cabe aclarar que Mendoza ha tenido mucha asistencia a la producción con diferentes herramientas, tales como el Mendoza Activas dos, tres y ahora el cuatro, y tasas subsidiadas y créditos especiales con períodos de gracia a través del Fondo para la Transformación; también se han brindado herramientas para análisis de enfermedades sin costo para los productores. Todo esto ha alcanzado a los productores más grandes, y es por eso por lo que esta herramienta, que llega a todos los productores, tiene un impacto más fuerte en los más pequeños”.
En otro orden, Carbó se refirió al aumento del precio de la carne. “No estamos ajenos a la realidad de la macroeconomía del país. Comparando los precios de abril del año pasado, todavía no se han alcanzado los valores de aquella época, o sea que hemos tenido casi un año sin tener un ajuste de precios, y recién ahora se van alcanzando los valores de aquel momento. Esto es consecuencia del cierre de las exportaciones, y los costos de la producción que subieron abismalmente principalmente cuando el gobierno implementó el dólar soja, que si bien sirvió para que la economía dispusiera de mayor cantidad de dólares, impactó en el costo del insumo, especialmente en el esquema de engorde. Tanto impactó esto, que en octubre y noviembre tuvimos una súper liquidación de animales de Feedlot, porque tenerlos y terminarlos en esos lugares significaba una pérdida de entre $20.000 y $30.000 por animal. Esa sobre liquidación impacta hoy, porque está faltando ganado. Esto es lógico porque el mercado se maneja por oferta y demanda, pero reitero que aún con el repunte de precios la rentabilidad del sector sigue estando comprometida. El punto de equilibrio se dará solo cuando el país tenga menos inflación, y se encuentren más mercados de exportación. Cuando se exporta más, la carne queda para el mercado interno con menor valor, porque hay cortes que no se exportan. Esto es una receta sumamente vieja y no se entiende el porqué de su no implementación”.
