Los ecos del «cepo» a las importaciones continúan, y los empresarios se encuentran en alerta, luego de que las operaciones de comercio exterior que tenían cerradas desde el viernes pasado comenzaran a caerse. Según informó A24.com, hasta hoy las importaciones quedaron paralizadas, ya que los bancos no están girando los pagos.
Pensé que era yo, pero hablando con otros colegas están todos en la misma situación. Las entidades bancarias tienen miedo de hacer algo y que después las sancionen. No van a girar nada hasta que estén bien claras las disposiciones«, contó a este medio un importante empresario ligado a los bienes capitales.
Y advirtió: «Si en este momento, que es cuando más exportaciones hay porque es temporada de cosecha de soja, estamos con esta restricción de divisas, imaginate a fin de año. La situación va a tender a empeorar«.
El blue llegó a máximos históricos durante la semana y el pronóstico es que aún no llegó a su techo.
Qué rubros pueden sufrir faltantes
Desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) expresaron su preocupación, ya que «la extensión del requisito de financiamiento previo para gran parte de los bienes y servicios importados, significa para buena parte de las empresas una severísima restricción a sus posibilidades de importar«.
Matías Wilson, jefe de economía de la asociación empresaria, detalló que el 85% de las importaciones no son bienes finales, sino de insumos, capital y piezas accesorias. Básicamente, todas las industrias necesitan directa o indirectamente de algún insumo importado.
A modo de ejemplo, en un auto el 70% de sus partes es importado. «Se trae de afuera el caucho, las cubiertas, la mayoría», indicó.
En lo que respecta a productos electrónicos en Tierra del Fuego, el total de artículos para la producción que se usan son importados. Según cifras oficiales, alrededor de un 20% es de industria nacional.
Las automotrices se pueden ver seriamente afectadas ante la falta de autopartes, que son importadas.
«La gente dice ‘a mí no me afecta’, pero te afecta en todo. Desde el café que tomás en la mañana, que es considerado un bien de lujo; el auto o taxi al que te subís, que es el 70% importado, aunque sea nacional; el tren que tomás, en el que gran parte de los repuestos son importados. Hasta la leche que tomás se procesa con una máquina que es importada», graficó un empresario del rubro energético.
A esto situación se debe agregar, además, los productos alimenticios, como los enlatados de legumbres y pescados; artículos de limpieza e insumos para envasar, como el cartón y el vidrio.
Por su parte, Wilson proyectó dificultades a más largo plazo: «El principal problema son los bienes de capital, como maquinarias o repuestos, que te afectan fuertemente al crecimiento a mediano y largo plazo. Atraviesa a todas las industrias por igual».
La CAC analizó que «considerando que buena parte de dichas compras son insumos para los más diversos procesos productivos, esto amenaza con paralizar las operaciones de múltiples ramas de la actividad, dañando severamente a la economía en su conjunto«.
El café es otro de los productos que podría verse en riesgo.
De acuerdo con la entidad, este escenario llevaría a un «perjuicio en materia de empleo, recaudación tributaria y tantas otras variables. Asimismo, la menor oferta de bienes que se derivará de esta medida agregará una presión adicional c+sobre los precios, agravando así el fenómeno inflacionario«.
Cómo afecta la medida a empresas chicas y grandes
Las fuentes consultadas remarcaron la división que quedó trazada entre las empresas grandes, por un lado, y las pequeñas, por el otro.
Marcelo Elizondo, especialista en comercio internacional, dialogó con este medio y explicó que la principal restricción se refiere a la capacidad de obtener financiamiento externo. En este marco, analizó que un importador grande automotriz «probablemente consiga financiamiento de su casa matriz» a un costo alto, pero lo obtendría.
En esta línea, se sumó a las afirmaciones de los empresarios: «Faltantes creo que va a haber. Sin dudas. Incluso, va a haber quienes decidan no financiarse por el riesgo que representa acceder a crédito y devolverlo a 180 días, cuando no se sabe si va a haber dólares y a qué cambio».
Las empresas grandes podrían no verse tan perjudicadas, pero a la larga también se verán afectadas por la medida.
Coincidentemente con todo lo expuesto anteriormente, Mauro González, empresario Pyme textil y presidente de la Confederación Federal Pyme Argentina, relató el cuadro de situación de las empresas más pequeñas, aunque se mostró ligeramente optimista.
«Nuestra matriz productiva depende de las importaciones, y cuanto más producimos, más importamos. También más demanda de energía tenemos. Tuvimos una reunión con el Gobierno, con el ministro de Producción, Daniel Scioli, y nos escucharon. Esto nos da la posibilidad de continuar en proceso de expansión«, dijo.
Si bien el panorama varía según el tamaño de la empresa y su capacidad de financiación, los faltantes parecen ser un hecho. Además, no se descarta que, a futuro, todas las industrias se vean afectadas por igual.
Fuente: A24.com
