Gracias a la solidaridad una familia pasó de vivir en un colectivo a construir su casa propia en San Rafael

Hace un tiempo, la familia que integran Carina Sepúlveda, su marido José y sus cuatro hijos, tuvo que dejar la casa en la que habitaban y pasaron a vivir en un colectivo que alquilaron, aunque a fuerza de trabajo desarrollaron su vivienda, pudiendo devolver aquel vehículo. Al respecto dialogaron con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael.
Muy agradecida con FM Vos y con Diario San Rafael por haber hecho pública su historia en el momento en que más lo necesitaban, y con las personas que los ayudaron mientras lograban cumplir “el sueño de la casa propia”, Carina recordó que el lote era de ellos pero necesitaba de la importante obra. “Como los dos trabajamos, de a poquito íbamos comprando ladrillos, hierros, esto y aquello, pero no alcanzaba la plata, entonces de a poquito íbamos construyendo. Yo estaba alquilando con una amiga pero sí o sí teníamos que irnos”, dijo y agregó: “Tuvimos que concurrir al colectivo porque nadie nos quería recibir, porque somos una familia numerosa (somos seis), entonces varios alquileres nos decían “¡no!, no queremos con niños, ni con perros”. Es que además de Carina y José, la familia la componen una hija de 17 años, un hijo de 15, una nena de 7 y el bebé de 1 (que cumplió su primer año dentro del colectivo).
Para poder habitar el colectivo que consiguieron en una chacharita, lo alquilaron por 30 mil pesos por mes. No obstante, hubo muchas personas que los ayudaron a salir adelante, incluyendo aquellas que nunca imaginaron que lo harían. “La Municipalidad a través de Desarrollo Social y del delegado, fue muy rápido con nosotros”, agradeció, respecto de diversos trámites que tenían que cumplir. Si bien la estructura no está totalmente habitable aún ya que le falta el baño, igualmente viven en el lugar.
Carina considera que no pueden seguir pidiendo porque ya ha sido mucho lo recibido. Su marido José agregó que han podido construir tres ambientes con las divisiones correspondientes, mientras que la etapa siguiente es el baño inevitablemente. “La vecina de enfrente nos está prestando el baño para poder ir, pero de a poquito vamos avanzando”, explicó.