Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora mensualmente el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los precios de los agroalimentos se incrementaron 3,5 veces del campo a la góndola en junio en promedio.
«Desde CAME se hace este informe desde agosto del 2015. El mismo es mensual y su objetivo es poder concientizar al consumidor de cuánto recibe el productor por cada peso que nosotros gastamos en una verdulería o en algún producto de la góndola. El relevamiento se hace a partir de 19 productos frutihortícolas y cinco ganaderos o de origen animal. En ese sentido, los últimos datos nos indicaron que los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,5 veces del campo (origen) a la góndola (destino), es decir que en junio el consumidor pagó $3,5 por cada $1 que recibió el productor», explicó a FM Vos 94.5 Pablo Vernengo, director Ejecutivo de Economías Regionales de CAME
«La brecha en el sector frutihortícola es mucho más amplia, puesto que los precios multiplicaron por 5,1 veces en junio. No obstante, en el sector animal la brecha es menor, solo alcanza a multiplicarse por tres. Con estos datos queda demostrado que el productor no es formador de precios, sino que el valor de los productos se distorsiona por los diferentes actores (logística, impuestos, mayoristas y minoristas entre otros) que inciden en el mismo. Me parece que el Estado debe intervenir, ya que muchos de ellos se llevan una renta indebida», declaró Vernengo.
En ese mismo sentido, señaló que hay un lobby muy fuerte en torno a esta cuestión, debido a que hace años que se suscita en el mercado sin que nadie intervenga. «Desde nuestro sector nos ponemos a analizar siempre cuál es la problemática en sí y siempre caemos en los mismos factores. Uno de ellos es la alta carga impositiva a nivel nacional, provincial y municipal. Otro tema es el de los mercados concentradores donde los operadores son formadores de precios, ya que duplican o triplican la renta en comparación a los productores. El mercado debería ser más transparente, el precio lo va fijando el operador de acuerdo a ciertos parámetros del día», argumentó.
Asimismo, remarcó que la distorsión en el precio de los productos perjudica tanto a los consumidores finales como a los productores. «Estos dos sectores son los que sufren el mayor perjuicio. Me parece que el Estado debe hacer un análisis objetivo y ver cómo puede intervenir en el mercado en el buen sentido de la palabra», aclaró el titular Ejecutivo de Economías Regionales de CAME.
«De hecho, en las ferias, en donde los productores ofrecen sus productos al cliente de forma directa, uno puede observar una reducción de hasta el 40 % en los precios. A veces, es una buena opción para los consumidores, ya que se manejan precios razonables», añadió a modo de cierre.
