Un joven de Centenario acudió al cuartel de Bomberos Voluntarios de Centenario tras intentar reiteradas veces sacarse el anillo de su esposa, el cual le estrangulaba un dedo. Probó con todo, hasta con una pinza y una tenaza. Incluso había evaluado cortar el objeto con una moladora. «Por suerte desistieron, hubiese sido un peligro», expresó el jefe del cuartel Patricio Álvarez.
Aunque resulte insólito para muchos, lo cierto es que varias personas terminan en Bomberos por situaciones parecidas que no resultan una urgencia. Evitan así la guardia del hospital local que por estos días rebalsa de casos respiratorios.
«Hace mucho tiempo que la gente viene y nos consulta por situaciones de este tipo. De hecho contamos con un dispositivo corta anillos preparado para metales blandos como el oro y la plata«, contó Álvarez, en diálogo con LMNeuquén.
Sin embargo, el caso que se presentó el domingo por la tarde los puso a prueba con otra herramienta, ya que el material era mucho más grueso que el oro y la plata y no aplicaba el dispositivo que utilizan normalmente en estas situaciones. Es decir, revestía otra complejidad.
«Se había colocado un anillo que no era de él sino de su señora, y con el pasar de las horas se le empezó a hinchar la mano. Intentó sacárselo y no pudo. Era un anillo de acero quirúrgico, grueso, complicado», relató el referente del cuartel de Bomberos Voluntarios.
Por eso utilizaron un mini torno con discos de corte parecidos a una moladora pero del tamaño de una tapa de gaseosa. En tanto, protegieron la piel con el palito de madera de los helados paleta. De esta manera, evitaron que los dos cortes practicados lastimaran al joven. «No hubo lesión, para nada. Se trabajó con cero riesgo», aseveró Álvarez.
Así, con mucha precisión y destreza, los bomberos lograron liberar el anillo, luego de explicarle minuciosamente cómo iba a ser el procedimiento para que el joven se quedaba tranquilo.
Fuente: La Mañana de Neuquén
