Hace ya más de un año que los que conocen a Karina la Princesita la notan distinta. Algunos la acusaron de ‘haberse subido al Pony’ y otros, la tildaron de desagradecida. Pero sólo aquellos que tienen una relación más cercana saben que en realidad, lo que tiene es mucha angustia.
Si bien nadie se anima a decir que tiene depresión, sí insisten en que su sonrisa se apagó hace tiempo. Para colmo, en el último tiempo se separó de Nicolás Furman, su pareja y cuando todo se hizo público, no tardaron en aparecer toda clase de versiones al respecto. Se habló de infidelidad y hasta de peleas constantes, algo que a Karina le afectó especialmente.
Así fue que desde todas sus redes sociales, decidió poner fin a la situación contando la verdad. «Estoy pasando un momento muy difícil por cosas que arrastro muy tristes desde hace tiempo. Las cuales pensé que no, pero en realidad si me habían afectado mucho. Y nada tiene que ver con infidelidad ni con un tema de pareja. Respeten un poco antes de inventar historias. A la salud mental se la respeta».
A mediados del año pasado, Karina perdió un juicio millonario que le habían iniciado un grupo de músicos que trabajó con ella, que aseguran que en la época en que formaban parte de la banda, la princesita se habría asociado con los hermanos Serantoni, (empresarios de la movida tropical) y no habría cumplido con sus obligaciones como empleadora.
Karina insiste que ella también era una empleada más y por ende, sufrió en carne propia la falta de esos pagos pero ni los músicos ni la Justicia le dieron la razón. Por uno de los juicios tuvo que pagar 2 millones de pesos y por el otro 3 millones y aún le quedan otras demandas en curso.
Al parecer, estas cuestiones económicas sumadas a la sensación de haber sido traicionada por gente a la cual apreciaba más otras cuestiones familiares, formaron el combo letal que hoy por hoy, la tiene tan mal.
Fuente: Pronto
