Además de los controles de los laboratorios chinos, la OMS quiere realizar «estudios integrados que abarquen los seres humanos, los animales salvajes, los animales en cautiverio y de crianza, y el medio ambiente», y estudios que «den la prioridad a las zonas geográficas donde la circulación del SARS-CoV-2 fue señalado en un principio y a las zonas limítrofes donde se constató una fuerte prevalencia del coronavirus vinculado al SRAS (SARSr-CoV) en reservorios no humanos».
La OMS pide, además, que se realicen «estudios vinculados a los mercados de animales en Wuhan y los alrededores, incluyendo estudios de seguimiento sobre los animales vendidos en los mercados mayoristas de Huanan», donde se detectó el primer brote de la epidemia.
También solicitó «estudios vinculados a las actividades tendientes a trazar el historial de los animales, acompañados de trabajos adicionales en epidemiología y epidemiología molecular, incluyendo las primeras secuencias del virus».
Más allá de los deseos de la OMS, la nueva fase se anuncia peligrosa, ya que China rechazó este viernes las críticas de Tedros sobre su supuesta falta de cooperación.
«Pedimos a China que sea transparente y abierta, que coopere especialmente aportando los datos en bruto sobre los primeros días de la pandemia», sostuvo Tedros el jueves, en una rueda de prensa con el ministro alemán de Salud, Jens Spahn, quien se unió en el llamado de atención a las autoridades chinas.