La «piedra» dejó techos rotos, anegaciones y corte de servicios

“Sobre llovido, mojado”, reza un viejo refrán. Y es lo que les ocurre hoy a los vecinos de El Nihuil, quienes en medio del cumplimiento del aislamiento social, preventivo y obligatorio sufrieron una fortísima tormenta de agua, granizo y viento que generó graves consecuencias en esa parte de San Rafael.
El domingo, antes del ocaso, una supercelda que llegó desde el oeste se descargó con una sorprendente magnitud en el pueblo nihuilense. “Durante algunos minutos cayó abundante agua y granizo grande”, contó a este diario el delegado de ese distrito, Marcelo Reynoso.
Los efectos de la tormenta no tardaron en surgir: techos rotos, anegaciones y corte de servicios, en medio de un panorama crítico debido a la cuarentena obligatoria que estableció el presidente Alberto Fernández para mitigar el avance del coronavirus en nuestro país.
“Nos complica mucho el tema de la cuarentena, ya que no podemos exponernos nosotros ni que se expongan los vecinos. Trabajamos para reestablecer los servicios de agua y luz, aunque todavía quedaba un barrio sin ese suministro”, informó ayer Reynoso, consternado por la situación que le toca vivir a su pueblo.
Del tema se ocuparon el intendente Emir Félix, quien a la distancia, obligado por el aislamiento, envió a personal de Electrotecnia, exceptuado del decreto de necesidad y urgencia que promovió la cuarentena.
Ayer la preocupación del delegado era cómo se iba a ofrecer la asistencia a los damnificados por el fenómeno climático, en el marco del aislamiento anteriormente mencionado. “Vamos a dar respuesta a los vecinos que más lo necesitan, respetando las medidas preventivas que se han generado por la pandemia”, añadió Reynoso.