La sostenida pérdida del poder adquisitivo

Recientemente se conoció un informe de la consultora Focus Market, según el cual «la distribución del ingreso en Argentina en los últimos 7 años cayó 86% en dólares».
Tomando los datos oficiales del último trimestre de 2021, el decil más rico del país recibe en promedio $ 98.481 por persona, mientras que el decil de menores ingresos llega en promedio a $ 5.953 mensuales, señaló Focus Market. En 2015, el decil más adinerado de la población en dólares recibía como ingresos promedio u$s 3.083 ($44.160 pesos en promedio) con una inflación de más del 20%, mientras que hoy recibe u$s 487 (98.481 pesos) con una previsión inflacionaria de más del 60%.
Por su parte, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) estimó que en los últimos cuatro años los salarios del sector privado registrado perdieron contra la inflación en 30 meses, lo que equivale al 63%, mientras que los del sector público cayeron en 33 meses (69%), y los del sector privado no registrado en 34 meses (71%). Al comparar los ingresos nominales con la inflación, observó que los sectores más perjudicados serían los trabajadores informales. Estos últimos perdieron 8,5% de poder adquisitivo en promedio por año, según el informe. Luego, le siguen el sector público con un 6,1% de pérdida promedio por año y los jubilados que perciben el haber mínimo con un deterioro de 5,3% promedio por año.
El siempre declamado en los discursos interés por la fuerza trabajadora –y los jubilados- del país no parece ir en consonancia con estos guarismos. La realidad muestra que las políticas económicas implementadas en los últimos años tienen en el asalariado activo y pasivo a uno de sus principales perjudicados.
Frente a ello, el desafío a futuro de los dirigentes a los cuales les toque conducir nuestros destinos será, indefectiblemente, recupera el poder adquisitivo de los trabajadores. Si ese motor sigue sufriendo pérdidas, el avance de la sociedad en su conjunto es poco menos que imposible.