La Justicia tarda, pero llega. Esto pensarán las 259 víctimas del vuelo 103 de Pan Am que hace 34 años fue blanco de un atentado explosivo que lo hizo estallar cuando surcaba los cielos de Lockerbie (Escocia) para acabar cayendo en llamas sobre un barrio -allí perecieron otras 11 personas-: el libio acusado de haber fabricado la bomba se encuentra «detenido bajo custodia estadounidense’.
El arresto de Abu Agila Masud fue la culminación de un esfuerzo de décadas por parte del Departamento de Justicia norteamericano para procesarlo, a tal punto que, en 2020, el fiscal general William P. Barr anunció cargos penales en su contra, acusándolo de construir el artefacto cuya detonación le costó la vida a 190 ciudadanos de EE.UU. (aquel 21 de diciembre de 1988 el Boeing 747 atacado se dirigía de Londres a Nueva York).
«Está previsto que comparezca ante un Tribunal de Distrito de Columbia», adelantó una fuente judicial que declinó precisar la fecha de la indagatoria a este experto en explosivos que durante mucho tiempo sirvió al gobierno de Muamar Kadafi y que en 2012, tras la caída del régimen, le confesó a los «nuevos» servicios de inteligencia de su país que había preparado la bomba con que se perpetró el golpe terrorista más letal en suelo británico. E incluso agregó que había trabajado con otros dos conspiradores, todo por orden del mencionado Rais.
UN MISTERIO
Sin datos oficiales hasta el momento, la gran pregunta es cómo acabó Masud en una cárcel norteamericana. Una información de 2020 lo situaba preso en una prisión de Libia por delitos no relacionados con esta matanza.
El mes pasado se supo que el extremista había sido secuestrado por milicianos y comenzó a especularse con que que sería entregado a las autoridades de Washington para ser juzgado. Estos cabos sueltos no permiten determinar si la administración Biden negoció la extradición del denominado conspirador número 3 o si lo «sacó» ilegalmente del penal donde estaba recluido.
ANTECEDENTES
»Los fiscales y la policía escoceses, en colaboración con el gobierno del Reino Unido y colegas estadounidenses, continuarán con esta investigación -precisó el tribunal escocés especialmente convocado en La Haya que tramita la causa-, con el único objetivo de sentar en el banquillo a quienes actuaron junto con el ex agente de los servicios secretos libios, Abdul Basset al Megrahi», condenado a perpetua como autor intelectual de la masacre, liberado por motivos humanitarios en 2009 y fallecido en 2012 en su país aquejado de cáncer.
