¿Más hambre en el mundo tras la pandemia?

Todo indica que las economías latinoamericanas quedarán devastadas por la pandemia de Covid-19 y ello llevará a consecuencias incalculables para la seguridad alimentaria de sus comunidades.
Nada de esto es nuevo. De hecho, la pandemia sirvió para resaltar “continuidades” como servicios de salud increíblemente débiles, desigualdades extraordinarias, modelos económicos descuidados, niveles extremos de violencia, etcétera.
Respecto de la seguridad alimentaria en particular, semanas atrás las autoridades del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas alertaron que la pandemia podría duplicar el número de personas que padecen hambre extrema en el planeta. Según las estimaciones del organismo, el drama podría llegar a afectar a cerca de 256 millones de personas más a finales de este año, sumando a los más de 800 millones que ya lo padecían en todo el mundo antes del coronavirus.
Los permanentes monitoreos que realiza el organismo revelan que casi 73 millones de personas que viven en África se verán amenazadas ahora por el hambre en este dramático escenario global, mientras que 43 millones de personas que viven en Oriente Medio y Asia y 18,5 millones que viven en América Latina y el Caribe también serán alcanzados por la crisis alimentaria.
Nadie puede ignorar que, en un mundo globalizado, lo que afecta a unos afecta a todos y basta con observar fenómenos como las migraciones y el drama de los refugiados que huyen de países pobres o en conflicto hacia las naciones más ricas. El actual escenario es diferente puesto que nadie parece estar exento de la enfermedad. Claro, en los países más ricos las posibilidades sanitarias son mejores, aunque no infalibles ni siempre suficientes.
Desde Naciones Unidas advierten que si no se adoptan medidas urgentes, el mundo marchará hacia múltiples hambrunas “de proporciones bíblicas” en unos pocos meses. Allí, la acción de los líderes mundiales acordando un plan de rescate económico mundial será fundamental. Caso contrario, el hambre se convertirá en una angustiante realidad cada vez más extendida y en un nuevo fracaso del ser humano como tal.