Lo que resta del año y durante 2023 los mendocinos deberán cuidar aún más el agua. Según alertó el Departamento General de Irrigación, los caudales de los ríos de Mendoza están entre el 40 y el 52% de un año medio.
De acuerdo con la clasificación hidrológica del organismo al frente de Sergio Marinelli, los ríos Mendoza, Tunuyán y Malargüe se encuentran con sequía severa, mientras que el Atuel, Diamante y Río Grande, la condición es extrema.
Las nevadas no alcanzaron, precipitó la mitad de lo que nieva en un año medio y, en lo que respecta al dique Potrerillos, cuenta con la menor reserva de agua que ha tenido históricamente, para esta época.
Durante la presentación del Pronóstico de Caudales de los Ríos de Mendoza 2022-2023 que se llevó adelante, este jueves, en el Centro de Congresos y Exposiciones de San Rafael, Marinelli sostuvo que este estudio permite saber con cuánta agua vamos a disponer. «Tenemos asegurado el servicio público, pero cada productor sabrá con cuánta agua va a contar y planificar cómo será su año”.
“Se acabó esto de pensar en la crisis hídrica, esto no es circunstancial. No es una crisis pasajera, es una nueva normalidad”, afirmó el funcionario, quien advirtió que ya no se trabaja sobre la oferta del líquido vital, sino sobre su demanda.
En este sentido, volvió a remarcar que “hay menos agua” y que hay que hacer eficiente su uso. “Difícilmente alcance para que los productores cubran el 100% de su superficie, aun con riego tecnificado”, dijo.
“Quienes mejor nos pueden ayudar son los intendentes”, apuntó Marinelli y adelantó que en poco tiempo se presentará un programador de riego.
Uno a uno, los ríos
El río Mendoza tuvo durante el 2021/22 la peor temporada de escurrimientos de los últimos 50 años. Escurrieron 785 hm³, equivalente al 56% del derrame medio histórico, con una sequía severa.
El pronóstico de escurrimientos para el Río Mendoza indica que se espera un derrame de 800 hm³, el 58% del año normal para la sección de aforos Guido, que es la estación que mide en esta cuenca.
El informe de situación hídrica de DGI destaca que las reservas en Potrerillos son un poco mayores al 60%, lo que representa la menor reserva de agua que ha tenido históricamente el dique, para esta época del año.
“Los caudales que compensen las erogaciones del dique Potrerillos no se presentarán hasta fines del mes de noviembre o primera quincena de diciembre”, señala el documento.
En cuanto al río Tunuyán, el pronóstico de escurrimientos prevé un derrame de 435 hm³, lo que representa el 51% del año normal para la sección de aforos de Valle de Uco. De acuerdo con el nuevo sistema de clasificación de años hidrológicos, corresponde a una sequía hidrológica severa.
Las reservas en el embalse El Carrizal son un poco mayores a la mitad de la capacidad, lo que significa “la menor reserva de agua que ha tenido en la última década, para esta época del año”, resalta el documento.
Para el río Diamante, en tanto, se espera un derrame de 400 hm³, es decir, un 40% del año normal para la sección de aforos de La Jaula -la estación de monitoreo de esta cuenca-, con sequía hidrológica extrema.
A su vez, las reservas acumuladas de los embalses Agua del Toro y Reyunos son un poco mayores al 50%, en una situación similar a los años anteriores.
Por otro lado, las nevadas en la cuenca del río Malargüe han sido la tercera parte a las del año pasado. “El pronóstico de escurrimientos para el río Malargüe indica que se espera un derrame de 125 hm³, lo que representa el 41% del año normal para la sección de aforos de La Angostura” -estación de control-, destaca el informe que clasifica el año hidrológico con sequía severa.
Por último, el río Grande tiene una sequía extrema. Se espera un derrame de 1330 hm³, lo que representa el 42% del año normal para la sección de aforos de La Gotera -estación de control-.
«Esta es una mala noticia para quienes esperan que esto cambie de repente», concluyó Marinelli y dijo que se capacitará a los tomeros, además de distribuir más eficientemente el agua y acompañar a los productores en el proceso.
Fuente: El Sol
