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sábado 4, de mayo , 2024

Neuquén: El extraño animal que dejó la crecida de un río

Un poblador del paraje Bella Vista quedó perplejo al encontrarse un animal extraño y nunca visto por él en la zona. Quedó al descubierto con la crecida del río Nahueve. Tan impresionado estaba el vecino con el hallazgo, que no podía descifrar lo que era. Era demasiado grande para ser un roedor. Tampoco era una nutria. A simple vista, parecía muy asustado.

Consultó a uno de los guardafaunas de la zona norte, Ernesto Humberto «Willy» Parada, y así descifraron el misterio del animal que apareció con la crecida del río. Estaba en una pileta que alguna vez fue utilizada como criadero de truchas, a unos siete kilómetros de Las Ovejas.

«El animal no es autóctono, de la zona», comentó Willy Parada. Le dicen «falsa trucha», indicó, pero «es un coipo».

Le dijo a LMNeuquén que hace muchos años algunos pobladores de la zona tenían criaderos de coipos para comercializar la piel. Cuando el negocio dejó de ser rentable o se prohibió liberaron a los pocos ejemplares que quedaban en cercanías de las lagunas Epulafquen. «No tengo claro cuando pasó ni cuántos liberaron, pero eran coipos de cautiverio», sostuvo el guardafauna.

El ejemplar hallado que pudo examinar es un macho. Se cree que la crecida hizo que apareciera en el paraje Bella Vista. «Estaba golpeado, seguramente por el arrastre del río», advirtió Parada.

En general, los coipos viven en grupo. Pero este animal se encontraba solo. «Es probable que la crecida del río haya destrozado la madriguera donde vive y estuviese buscando un refugio», evaluó.

Pesaba aproximadamente 6 kilos y, en apariencia, era un macho adulto. «Se reproducen a partir de los seis meses y viven poco. En estado natural, entre cuatro o cinco años como mucho», comentó. Son animales herbívoros que se alimentan a base de hierbas, raíces, algas y algunos frutos. «La gente del lugar dice que se come las truchas, pero no come carne», aclaró.

El guardafauna confesó que es la primera vez que ve un coipo en su hábitat natural. «Lo llaman falsa nutria, pero más bien es un tipo de roedor. En general, son hábiles nadadores. Pueden estar hasta 10 minutos abajo del agua», agregó.

El ejemplar hallado medía poco más de 60 centímetros de largo. Caminaba más lento que lo normal y estaba asustado.

Una vez que fue examinado, y se estableció de qué animal se trataba, quedó en el lugar donde fue hallado. Sin embargo, al volver en otra oportunidad, el guardafauna no lo encontró más. «Es muy probable que haya más. Estos animales pueden tener entre dos y 13 crías», cerró.

Al momento del hallazgo, Parada contaba con la compañía de otro guardafauna, Sebastián Alarcón.

Otros nombres y características

Su nombre científico es myocastor coypus. Más conocido como coipo, coipú, nutria roedora o quiyá, una especie de roedor que se parece al castor. Se puede reproducir durante todo el año.

Un dato llamativo es que al nacer tienen los incisivos bien desarrollados y al segundo día son capaces de nadar. Sus depredadores son la principal causa de muerte, junto con la caza y los atropellos. En otras partes del mundo, resulta una especie doméstica que se multiplica en criaderos para comercializar su piel.

Es un roedor de gran talla, que puede pesar entre 4 y 10 kilos. Alcanza 40 a 60 centímetros de longitud corporal, con una cola de 30 a 45 centímetros de largo. Su pelaje exterior es en tonos marrón oscuros y brillantes, con una capa de pelo gris debajo.

Tiene una interesante adaptación a la vida acuática que consiste en la posición de sus mamas, colocadas a lo largo de ambos lados, en el dorso, de manera que la hembra nada mientras da de mamar a sus crías.

Tiene poblaciones silvestres autóctonas en ambientes acuáticos de Argenta, Bolivia, Brasil, Chile y otros países sudamericanos.

Un antecedente en Rincón de Emilio

En junio de 2022, otro ejemplar se alejó de las aguas del río Neuquén y terminó atrapado entre los paredones de una casa del barrio Rincón de Emilio.

Lo rescató el propio subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana de la Municipalidad de Neuquén, Francisco Baggio, quien luego lo devolvió a su hábitat natural, lejos del peligro de la vida urbana.

Al momento del hallazgo, el animal buscaba un lugar donde esconderse y encontró refugio entre dos paredones de la medianera. “La gente confunde el coipo (Myocastor coypus) con la nutria (Lutrinae), pero ese era un coipo. Es un roedor, la nutria no lo es. También hay diferencias de tamaño, entre otros aspectos”, indicó.

Fuente: La Mañana de Neuquén

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