El misterio reinó desde el comienzo en la investigación por la muerte de Oscar Osvaldo Balmaceda Pedernera: desde el hallazgo de parte del brazo de su cuerpo en un descampado, pasando por la mujer que señaló a su propio hijo como posible responsable del posible homicidio y hasta la necropsia desarrollada en el Cuerpo Médico Forense, que no pudo establecer la causa del deceso.
Debido a esto, no se ha logrado determinar si se trató de un accidente, una muerte natural sin asistencia médica (SAM en la jerga policial y judicial) o un asesinato. Básicamente, son las tres hipótesis que manejan los pesquisas hasta que se conozca el resultado de los exámenes anatomopatológicos que se realizaron en los restos de Balmaceda.
Se trata de un examen cuya función es analizar microscópicamente muestras corporales y que permite determinar la causa de muerte al interpretar los cambios que sufrió el cuerpo en los instantes previos al deceso.
Mientras tanto, en Homicidios no le quitan el ojo de encima al paciente esquizofrénico que fue marcado como potencial autor de un ataque contra el hombre de 62 años. Tras presentarse en una comisaría de la zona, su madre fue trasladada para declarar ante la fiscal de Homicidios Claudia Ríos, quien lidera el expediente.
Ante la representante del Ministerio Público explicó que su hijo solía frecuentar a Balmaceda y ya había tenido episodios violentos en el pasado, según fuentes consultadas.
Debido a eso, el muchacho fue identificado y está en la mira en caso de que surjan nuevas pruebas que lo comprometan. Esto, porque, al menos hasta anoche, no existía ningún indicio que motivara su detención y mucho menos una imputación en su contra.
En dos partes
Fue cerca del mediodía del miércoles 21 cuando un albañil se dirigió a tirar escombros a un descampado en las cercanías del cruce de calle General Paz y callejón Barrionuevo, en el distrito de El Algarrobal.
En ese lugar, en medio de un montículo de trozos de cemento y tierra, observó una mano y un antebrazo. Ante el macabro hallazgo dio aviso a la línea de emergencias 911 y una comisión policial fue desplazada hasta la zona.
Cuando los primeros uniformados que llegaron al lugar verificaron, a simple vista, que se trataba de restos humanos “frescos”, se le dio intervención a personal de Homicidios y de la Policía Científica para realizar las labores correspondientes.
También se rastrilló el lote baldío con la colaboración del Cuerpo de Canes, pero no dieron con otras partes del cadáver.
Más allá de eso, mediante el uso del aparato biométrico de la Policía de Mendoza, se escaneó una huella digital de la mano hallada –la izquierda– y se logró establecer que los restos pertenecían a Balmaceda, domiciliado en el barrio La Esperanza, ubicado no muy lejos de ese lugar.
En tanto, alrededor de las 19, un vecino de la zona dio con el resto del cadáver detrás de la villa Junín, a unos 300 metros del punto donde se realizó el hallazgo inicial.
Debido a que presentaba lesiones compatibles con las que provocaron su desmembramiento, no se logró establecer con certeza si fueron producido por una persona o por perros callejeros de la zona.
Fuente: El Sol
