En el hospital Schestakow funciona el Servicio Interdisciplinario para Adolescentes con Padecimiento Subjetivo (SIAPS), que trabaja en un tema muy serio y que ha tenido fuertes repercusiones en las últimas semanas, como es el suicido adolescente. La médica psiquiatra Laura Bielli, jefa del SIAPS, se refirió en diálogo con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael, al servicio que prestan.
El SIPAS fue creado en el mes de abril pasado, está ubicado en el interior del nosocomio y es atendido interdisciplinariamente por psiquiatra, psicólogo, trabajador social, pediatra, y enfermeros. “Es un servicio de internación, pero también de atención ambulatoria y seguimiento. Lo que nosotros hacemos es tratar adolescentes de entre 14 y 17 años, con padecimiento subjetivo que tiene que ver con un malestar interno que puede tener ese adolescente y patologías que tienen que ver con la salud mental, como crisis de pánico, crisis de ansiedad, angustia, brotes psicóticos, e intentos de autoeliminación”, explicó. Mayormente, los padecimientos más recurrentes con los que se encuentran en la actualidad, tienen que ver con crisis de ansiedad y pánico, por parte de personas que tienen problemáticas con sus emociones, que al no poder manejarlas, tienden a lastimarse.
A modo de prevención, señaló que los seres queridos de una persona deben estar atentos a quien puede empezar a hacer un cambio severo en el ritmo de su vida, por ejemplo, no queriendo salir, juntarse con sus amigos, lo cual sería lo esperable para su edad y prefiere quedarse en su habitación todo el día o con el teléfono. “Hay que ver qué busca en internet, cuáles son sus intereses, si deja de estudiar, de cumplir con sus obligaciones. Esas son las cosas que uno tiene que observar, siendo familiar o siendo amigo de estos chicos, y sobre todo si se lastima, se corte o tiene crisis de llanto, crisis de miedo”, añadió. Algo muy serio a tener en cuenta, es si se trata de víctimas de bullying, lo cual es bastante típico de la adolescencia.
Una gran manera de prevención es escuchar. “Tenemos que aprender a escuchar en forma empática, ponernos en el lugar de la persona que está sufriendo y poder aconsejarle que hay lugares y profesionales que nos dedicamos a aliviar este sufrimiento”, destacó.
Suelen dar con casos de chicos que buscan la atención de sus padres, quienes anteponen las obligaciones, el trabajo y lamentan no tener tiempo de estar con sus hijos, de compartir alguna actividad. Por otra parte, si el adulto pregunta “¿qué te pasa?”, difícilmente se encuentre una respuesta real, y de allí la necesidad de que los padres sean más observadores.
