Un recién nacido podría salvarle la vida a su hermano de 2 años

Hace algunos días, en el hospital Schestakow se realizó por primera vez una donación de células hematopoyéticas progenitoras, lo cual significa que fueron extraídas del cordón umbilical de un recién nacido para ser entregadas a su hermano, quien está luchando contra la leucemia. Gabriela Godoy, mamá de ambos, dialogó al respecto con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael.
Las células hematopoyéticas se hallan en la médula ósea, es tejido esponjoso que se encuentra en la parte media de los huesos y que circula en la sangre. Se las denomina también “células madre”. La sangre del cordón umbilical es una abundante fuente de estas células, que son capaces de originar diversos tipos de células en la sangre: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Estas son destinadas en este caso al tratamiento de un bebé de 2 años que padece leucemia y que está inscripto en el Programa Relacionado Emparentado de Colecta de Sangre de Cordón Umbilical del hospital Garrahan.
Godoy explicó que el 28 de febrero pasado a su hijo mayor le diagnosticaron leucemia, viajaron a Mendoza para tratarlo y en ese transcurso se quedó embarazada nuevamente. Fueron profesionales que conocieron de su embarazo quienes le advirtieron que podían surgir estas importantes células desde el cordón umbilical del niño que se estaba gestando. En ese momento comenzaron los trámites entre el hospital Schestakow y el Garrahan, pues iba a tratarse del primer procedimiento médico de este tipo en el nosocomio local, con la participación del doctor Gustavo Eraso. “Estoy feliz porque salió todo re bien”, dijo.
Debido a que el tratamiento del niño va bien, no son necesarias esas células, pero las mismas se encuentran guardadas por si lo fueran alguna vez. De lo contrario, serán donadas a algún otro niño que las necesite. Es que el procedimiento solo puede practicarse sobre madres de niños con cáncer, pues es muy costoso el mantenimiento de las células en el banco.
Esta mamá recordó que cuando se enteró de lo que ocurría con su hijo, debió viajar a Mendoza (al Notti) y quedarse allá durante tres meses, alejada de hijas que viven en San Rafael, tiempos que considera “muy duros”, teniendo en cuenta las distancias y que incluso el pequeño se contagió de Covid mientras estaba internado. “Fue duro, pero hoy lo veo y me llena el alma que esté bien”, expresó.